miércoles, 8 de octubre de 2008

Juegoteca Vegetal: Mass Effect

Otro capitulo de esa sección que no interesa a casi nadie, pero que yo sigo escribiendo igual, que cosas. ¿Se sentirá así la suegra cuando escribe sobre asesinos en serie? Nunca lo sabremos (hasta que alguien se lo pregunte).

Hoy voy a hablar de un juego relativamente reciente (año 2007), y que tengo el placer de estar disfrutando en estos momentos. Se trata de un juego de rol/acción llamado Mass Effect.


Antes de comenzar, un nombre: Bioware. Si la mención de esta palabra no es suficiente como para hacer que el más jugón de los jugones gima de placer, pues apaga y vámonos. Estamos hablando de una de las prestigiosas desarrolladoras de juegos de la actualidad, especializadas en el terreno del rol. No en vano su curriculum incluye juegos como las dos partes del Baldur’s Gate (con sus expansiones), siendo el Baldur’s Gate II considerado como el mejor juego de rol de ordenador de todos los tiempos. Luego le siguieron juegos como el Neverwinter Nights I y II, Knights of the Old Republic (super juegazo de la saga de Star Wars –la segunda parte no es de Bioware-) y Jade Empire (en mi opinión un tanto decepcionante). En el 2006 anunciaron que sacarían al mercado, primero para Xbox 360 y luego para PC, un juego llamado Mass Effect, que formaría parte de una trilogía. Una apuesta arriesgada. ¿Planear una trilogía sin saber si el juego tendrá éxito? La expectación era enorme. Y cuando llego a las tiendas, todo el mundo quedó maravillado.

Empecemos por la historia. No es una galaxia muy lejana, ni la historia transcurre hace mucho, mucho tiempo. Es el futuro, pero no un futuro lejano e imposible, sino el año 2183 de nuestra era. La humanidad ha avanzado mucho, pero en lo esencial no ha cambiado: hay guerras, injusticia, corrupción, pero también valor, justicia y paz. Los diferentes programas espaciales de los principales países han tenido un gran empujón bajo una plataforma común. Ya no es inviable tener pequeñas colonias de grupos de investigación en la luna o hacer prospección minera a pequeña escala en Marte. El futuro de la raza humana cambia cuando durante un reconocimiento al planeta rojo, se encuentran una ruinas de una civilización antigua, muy antigua, que abandonó el planeta hace mucho, mucho tiempo. Por medio del estudio de las ruinas y los restos dejados atrás, la humanidad descubre un principio físico revolucionario y desconocido hasta el momento: el efecto de masa. Se trata de un principio que vincula varias las fuerzas físicas de la gravedad y el electromagnetismo.

Las aplicaciones prácticas no se hacen esperar. Se puede crear gravedad artificial en naves espaciales. La munición de pólvora en las armas queda obsoleta. La tecnología da un salto de varios años luz. El viaje espacial a largas distancias se convierte en una realidad. Las implicaciones filosóficas y religiosas tampoco se hacen de rogar. No estamos solos en el universo. ¿Qué hay más allá del sistema solar? Una flota terrestre, equipada con los nuevos avances se propone descubrirlo explorando nuestra galaxia, la Vía Láctea. Para la estupefacción de la humanidad, se haya vida inteligente en ella. No solo eso. Vida MAS inteligente, seres que nos llevan muchos años de adelanto. La Vía Láctea bulle llena de vida, estando una decena de razas en continuo movimiento, guerra, comercio, representadas todas ellas en una gigantesca estación espacial conocida como la ciudadela.

Pero hay algo que nos une a todas ellas. Al igual que nosotros ellas también descubrieron gran parte de su tecnología gracias a las ruinas de esos misteriosos moradores de la Vía Lactea, ahora extintos, los Proteanos. La humanidad, conciente de su recién descubierta relatividad dentro de la galaxia, se encuentra como recién llegada a una reunión que lleva teniendo lugar cientos o miles de años. Intentando desesperadamente ocupar un lugar relevante dentro de la ciudadela, la gran esperanza de la humanidad es un veterano militar, candidato al cuerpo de los espectros, una unidad secreta de elite que no responde a nadie salvo a los tres miembros del consejo de la ciudadela en persona. Para los humanos sería un gran honor tener a un espectro, una hazaña al alcance de casi ninguna raza en la galaxia…

El juego te pone en la piel del comandante Shepard, aspirante al cuerpo de los espectros. Como supondréis, una historia de traiciones, misterio, peligro y amenaza galáctica se cernirá sobre nosotros, la humanidad y la Vía Láctea. El juego toma la forma de una aventura de rol con grandes toques de acción. Controlaremos directamente a Shepard y a dos compañeros de aventuras mientras exploramos la galaxia y sus planetas a bordo de la Normandía, la nave de reconocimiento más avanzada de la fuerza espacial terráquea. El estilo de juego es muy similar al de caballeros de la antigua republica, solo que hay un énfasis mucho mayor en la acción (sin dejar de ser de rol en absoluto). Si quieres disparar, tendrás que usar el punto de mira, y dar órdenes a tus compañeros pulsando el botón de pausa como es habitual. El sistema de combate es dinámico, completo y fluido. Y sobre todo, divertido. Cada combate es un placer, y no lo típico de otros juegos de rol donde piensas “Joer, otro combate. Bueno, al menos subo de nivel…”. No. Aquí piensas: “¡MOLA! ¡Otro combate!”.

Sobre los gráficos, poco que decir. Poco que decir porque sobre la excelencia poco se puede añadir. Decir que son preciosos, ultrarrealistas, geniales, cinematográficos, está de más. Solo hace falta verlo en movimiento en un PC potente, o en una Xbox. Ya no es solo los gráficos, es el enfoque cinematográfico, los angulos de la camara, en modo en que los segundo planos tienen profundidad de campo, los efectos de las habilidades tecnológicas… Parece una película.

Ojo. No hago esta afirmación a la ligera. Muchos juegos tienen toques “de película”. Sin ir más lejos se me ocurre la saga de Call of Duty, el Bioshock o el GTA IV. Pero juegos que estés jugando y pienses “estoy en una pelicula”, de esos hay muy pocos. De hecho, solo he tenido esa sensación con dos juegos a lo largo de toda mi vida: uno fue el Metal Gear original (aunque lo jugué en su versión PC), y otro el Mass Effect. El juego difumina las barreras juego-película. Lo ves, y te lo crees. No hay que hacer un esfuerzo, no hay “sudden suspensión of disbelief”, no, que va. Te lo crees, lo juegas, y eres parte de ello. No piensas “que bien que quedaría una película de este juego”. ¡No! Si ya la estás viendo. ¡Y es interactiva! Realmente como jugador de juegos muy pocas veces tienes acceso a sensaciones como esta. Habrá quien lo juegue y no lo vea así, pero a mi me ha convencido.

El sonido ayuda muchísimo. La música es excelente, y lo dice alguien que normalmente le presta muy poco atención a esas cosas. Es intensa cuando tiene que serlo, y suave y muy de sci-fi cuando tiene que serlo. Sobre las voces de los actores… es para quedarse mudo de asombro. TODAS las lineas estás dobladas, no se limitan a farfullar en “extraterrestre” cuando habla alguien que no es humano. Y hay muchas. Todas las lineas del protagonista están dobladas por un hombre y una mujer, ya que puedes jugar como uno o como otro. La calidad del doblaje es digna de Hollywood, y es mucho decir, pues Knights of the old republic ya tenía un buen doblaje. Este es mejor.

El juego tiene un editor de personajes muy completo que permite que el protagonista tenga la cara que tú prefieras, ya sea hombre o mujer. Es increíble ver durante toda la aventura la cara que has creado en todas las situaciones, considerando el nivel de detalle de la misma. Son estos detalles los que contribuyen a hacer de este juego casi una película. Las expresiones faciales son asombrosas. Yo me decía a mi mismo “oye Planta, ¿Por qué se verán los dialogos y las conversaciones tan reales, al contrario que en otros juegos? Hay juegos con muy buenos gráficos, pero no dan el pego de conversación creible como estas”. Y entonces caí. No es solo el enfoque de la camara, que ayuda. Ni las expresiones faciales de los interlocutores (que también). Es la sincronización labial. Los personajes gesticulan con su boca al ritmo al que hablan. Si se callan, no abren la boca. Parece una tontería, pero cuando me dí cuenta me sentí fascinado.

Más cosas: una vez en tu nave, puedes explorar libremente con tu tripulación la Vía Lactéa, y sus diferentes planetas. En algunos planetas puedes aterrizar con tu vehículo de exploración, y dar un garbeo por ahí, en busca de algún elemento, mineral o asentamiento, aunque es cierto que no todos los planetas dejan esa opción. Como es habitual, por otra parte, puedes tender hacia el bien o el mal, que están en esta ocasión mucho más difuminados, llamados virtud y rebeldía. No son incompatibles, al contrario que el lado luminoso y el oscuro en el KOTOR, sino que puedes compatibilizarlos según tus acciones y diálogos.

No todo iba a ser bueno, claro. Un par de pegas hace que el juego se quede a las puertas de la perfección. Si bien no lo he acabado, creo que es un juego relativamente corto (hablando de misiones principales). El sistema de nivelación de la dificultad y la dificultad de los enemigos podía estar mucho mejor: los primeros combates en cualquier nivel de dificultad van de durillos a complicadísimos, pero a medida que avanza el juego la dificultad disminuye y se convierten en muy fáciles. El juego solo tiene un final, lo cual si bien se entiende en aras de tener una continuidad muy definida y guiada a una segunda parte, no deja de ser MUY decepcionante teniendo en cuenta que es un juego de rol. No puedo dejar de mencionar el horribilísimo sistema de inventario. No es que haga falta superdotado para usarlo, pero es que es tan poco intuitivo que sorprende que los otros juegos de Bioware tuvieran un sistema de inventario sin problemas. Otra cosa: la galaxia es grande, y hay muchos planetas, pero no muchos se pueden explorar, y los que se pueden explorar no rebosan actividad en muchos casos. Hay cosas que hacer, pero tampoco es que vayas a estar horas en ellos.


Y finalmente una cosa muy importante: el juego lleva un virus incorporado. Supongo que habreis oido hablar de él: se llama SECUROM, y es un sistema de protección anticopia que se instala en el ordenador sin permiso, sin opción de desinstalarlo, que consume recursos, y que envía información a Internet. Todo ello sin que avise en la caja del juego. Además hace falta activarlo por Internet. Hasta ahí ningún problema. Pues bien, solo se puede activar 5 veces. A la sexta, te compras otro juego o les lloras por teléfono a EA, quienes son, evidentemente, los culpables de este disparate, y no Bioware. Y si no que se lo pregunten a los compradores del Spore, a ver si les hace mucha gracia el tema de las activaciones (3 en ese caso). ¡Vaya! ¡Pues si tenemos a una afortunada pareja en el blog con dicho juego! Abajo SECUROM y abajo EA.

En resumen, un juego que, por lo menos en lo que a mi opinión respecta quedará, hasta que vengan tiempos mejores acompañados de más juegos de este estilo, en el TOP 10 de mis juegos favoritos, y yo incluso diría que en el TOP 5 (hay mucho donde elegir, por suerte o desgracia).

Y para acompañar, algunos videos del juego:

Trailer


Juego en movimiento

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Venga ya tío! Soy de la generación de ver la tv diez horas seguidas.. ¿y me pides que lea todo eso? Bahhh.
Voy poquito a poquito. He llegado hasta la trama... cuando acabe, no te preocupes, pienso darte hostias por todos lados. Muchas Gracias.

Anónimo dijo...

La verdad es que estoy detectando una falta total de dificultad en los juegos de ahora. No se la razón, pero desde hace un tiempo pasamos de juegos superchungos a juegos que se acaban cuando comienzas a cogerle el gustillo.

Y bueno,lo de tener un límite de cargas... ja, eso me parece la hostia. Típico para joder a los panfilos jugadores de PC

El juego la verdad es que se parece bastante al KOTOR. Tiene buena pinta.

Anónimo dijo...

probando probando

Anónimo dijo...

¿Probando el juego o probando como hacer un comentario?