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lunes, 17 de marzo de 2014



DE NEGRATAS E FRIKIS

Moi boas, o Blog morreu, e, como todo fenecido que se prece, seguirá pululando pola rede coma un ente putrefacto e apestoso (si, máis que antes), detestable, malicioso e podrido Blozombie.

E neste momento toca falar de Ice T, un rapeiro e actor americano, que sen coñecelo nada ben, creo que pode encaixar no estereotipo dunha persoa que se fai chamar "ICE T".


Pois ben, imos á chicha. Ice T, ademais de cantar e traballar na tele, ten un podcast onde, imaxino, fala de todo o que lle ven en gaña, añadindo gratuitamente un sinfín de motherfuckers. Non tiven o placer de escoitalo, só un breve fragmento, pero podedes buscalo aquí: Ice T - Final Level - Podcast.

No episodio enlazado, comenta como, sen saber moi ben a onde ía, liarono para ler un audiolibro, unha historia curta, pero resultou ser unha historia de Dungeons & Dragons, fantasía... pura? ultra?  o resultado na boca de Mr Ice:

"Those of y'all out there that don't know, Dungeons and Dragons is some of the most crazy, deep, deep, deep nerd shit ever invented."
"Every word you're saying is pretty much made up. Motherfuckers talk like Yoda. I'm not going to say I'm some literary expert that can read some heavy shit. This shit is impossible to read, son."
“When you read these books, you make up the pronunciation in your head. But to actually verbally say this words? Son,”  “I needed breaks. I needed water.”

"Son, it took me 3.5 hours to read 25 pages."
"Pegasus....Pegasi. That's horses with wings. This shit is crazy."
"This motherfucker got a sword that talks to him. And shit."
"Motherfuckers live in places that don't exist, and it comes with a map. My God."
E, para rematar:
"Let me read some porno or something. I know about that."

lunes, 27 de agosto de 2012

Alistair Urquhart

 Veréis, es un nombre curioso. Un nombre que no se olvida con facilidad. Hace ya un par de años leí su historia en un periódico. El hombre sacaba un libro donde contaba sus andanzas durante la segunda guerra mundial. Quien me conoce bien sabe que me gusta la historia bélica, siendo la I Guerra Mundial mi preferida.  De hecho, y será por lo saturado que está el cine de historias de la II Guerra Mundial,  me parece un poco tediosa. He perdido la capacidad de sorprenderme  con las historias de Normandía, Stalingrado o la campaña de Italia.
 No obstante, empecé a leer aquel articulo y me enganchó. Lo hizo tanto que desde ese momento he estado buscando el libro de este hombre sin lograr encontrarlo(en castellano)

 Alistair Urquahart es un escocés que nació en 1919 y que sirvió en la segunda Guerra Mundial con el regimiento de infantería Gordon Hihglander. Contaba, Alistair, que no quiere dormir. Desde hace casi 70 años no le gusta dormir; por eso ahora, postrado en una silla de ruedas, trata de hacer cualquier cosa para no quedarse dormido.

 Después de la guerra, como muchos otros(lo hemos visto en películas y leído en libros) retomó su vida. Se casó, tuvo hijos y nunca contó nada de todo lo que había vivido. Su tormento llegaba con la noche y nunca contó las verdaderas razones. Se las quedó para sí, hasta ahora, en donde viendo el final más cerca,  y con su mujer fallecida, decidió escribir un libro " The forgotten highlander" para explicar su tormento. Cuentan que sus hijos no pudieron acabar de leerlo.

 Las verdaderas razones de sus pesadillas eran los casi 4 años que pasó prisionero en manos de los japoneses. Las historias que relata dejan en cuento infantil al "Puente sobre el río Kwait" o "Feliz Navidad Mr Lawrence" (ambas, películas muy recomendables)

 Cuando Alistair fue reclutado por el regimiento de infantería escocés, contaba con 20 años, y fue enviado al frente en Singapur. Cuando esto sucedió, en el año 1940, Singapur era un destino envidiable. La colonia británica era un paraíso alejado de la batalla. Sin embargo, en 1942, el ejercito imperial japonés invadió la isla. Más de medio millar de miembros del batallón fueron apresados. Alistair fue uno de ellos.
 El primer circulo del infierno para Alistair empezó allí mismo. 300 personas  que estaban en el hospital en el momento de la invasión fueron ejecutadas sin piedad. Los apresados, hacinados como ganado en uno vagones, marcharon desconociendo su destino.

 Según cuenta, en los vagones de aquel tren, los soldados no podían sentarse, a penas podían respirar y la sed les atacaba sin piedad. Hacían sus necesidades unos encima de otros y una buena parte de los presos padecía enfermedades como la malaria, disentería o diarrea. Una semana en aquel vagón, sin comer ni beber. Muchos murieron.

 Llegaron a su destino: la selva tailandesa. Aun así, nada más bajar del tren, tuvieron que caminar casi 200 km para llegar al campamento donde iban a malvivir. En esa travesía, de más de 30horas, pasaron a través de los cadáveres mutilados y descompuestos de los soldados chinos, victimas de la terrible masacre de Sook y Ching(el famoso escuadrón 731 del ejercito japonés, del que seguramente haré un post a parte)

"Padecía disentería y malaria y no había medicamentos. Si tenías una camiseta eras afortunado. Si tenías un gorro eras extraordinariamente afortunado"

 Cuenta que cuando un soldado se caía al suelo, sin fuerzas, los soldados les pegaban con látigos de bambú, si eran afortunados, si no lo eran, les clavaban la bayoneta en el pecho. Los cortes con bambú producían úlceras muy graves que derivaban en gangrena. Si esto pasaba, los japoneses amputaban. Sin anestesia.

 Sobre las heridas, los soldados, se ponían gusanos  "Notabas como te comían la carne"  pero les libraban de infecciones. En los casi 4 años que pasó en aquel campo, no se aseó ni una sola vez. La higiene no existía. Y la comida se limitaba a un poco de arroz cada 3 o 4 días.

 El campamento estaba diseñado para 4.000 personas, no obstante, era 50.000 los que se agolpaban allí. Los prisioneros eran esclavos que trabajaban en el ferrocarril de la muerte, el infame puente que pasó a la historia por la película de Alec Guiness. Un puente que unía Birmania y Siam.





 Sin embargo, Alistair  dice que la película no refleja la verdad de aquella terrible construcción, a la que no duda en calificar como un crimen contra la humanidad. "Moría un hombre por cada traviesa que se colocaba y los culatazos de rifle y latigazos sin sentido, estaban a la orden del día". Los datos no engañan: 16.000 británicos murieron en su construcción pero son pocos comparados con los 100.000 nativos que dejaron sus vida. La construcción de aquel puente, luego destruido por los americanos, fue una locura. Alistair admite que cuando los guardias no miraban, metían termitas en la madera para que cuando pasara el primer tren, se viniera a bajo.

Usuki era el jefe del campamento. Era el hombre al cargo. " Un bastardo sádico para el que no eramos más que escoria" El príncipe negro. Su mano derecha era un general bajito y rechoncho de nombre Okada, al que apodaban Dr.Muerte. Torturaba constantemente a los presos, sin razón. Su práctica preferida era la del agua: Tumbar boca abajo al reo e introducirle una manguera con agua por la boca.Los sujetaban con fuerza. El estómago se les hinchaba y entonces Okada saltaba "alegremente" sobre ellos.La mayoría murieron.

 Otra tortura típica(ésta si la he visto en alguna película) era crucificar a los reos, atándolos con bambú mojado por muñecas y tobillos. Cuando las hojas de bambú se secaban se convertían en cuchillas que iban cortando poco a poco la piel, hasta llegar a dejar a la vista músculos y tendones. "Los dejaban agonizando día y noche. Hasta los más fuertes gritaban como locos"

Otro de los peores recuerdos de Alistair, se remonta al momento en el que un compañero trató de escapar y fue capturado. Durante días lo apalearon sin piedad y luego, delante de todos los presos, el príncipe negro vestido de gala y con su espada samurai, le cortó la cabeza.

 Alistair cuenta que durante el tiempo que estuvo preso, trató de pasar desapercibido, no obstante, en una ocasión, tras un retortijones insoportables, salió a una letrina en medio de la noche. Un guardia trató de violarle. Alistair le dio una patada en la entrepierna y escapó. Pero el grito del guardia alertó a todos. El mismísimo Príncipe Negro se personó allí. Tambaleándose, Alistair le contó lo sucedido. Lo golpearon y apalearon. Luego lo metieron en un hoyo donde no podía ni sentarse ni ponerse de pie, y lo tuvieron allí 7 días.  Lo único que le daban era un cucharon de agua, por la cabeza,al día.

 Pensar en suicidarse era lo más común en aquellos días. Según cuenta, en un momento de su reclusión, pasó  6 meses en el hospital. Padecía de disentería, malaria y beriberi, cuando fue abatido por el cólera.

 Saliendo del hospital lo metieron en otro vagón con destino a Singapur y desde allí a NAGASAKI.

Según cuenta, en el viaje en barco hacia la ciudad japonesa, presenció el nivel más bajo al que puede llegar el ser humano.

 Allí se bebían la orina de los presos, con la desesperación, algunos comenzaron a beber la sangre de otros y finalmente optaron por el canibalismo.El hombre que caía enfermo estaba perdido: lo mataban a pisotones. A la semana de estar en ese infierno, un submarino aliado les torpedeó. El barco se hundió y Alistair, según propias palabras salió "despedido como un corcho en una botella de champán entre las llamas". Se agarró a una balsa y sobrevivió durante días al abrasador sol, hasta que un ballenero lo encontró medio muerto, y lo trasladaron a un campo de prisioneros a 10km de Nagasaki.

 El 9 de Agosto de 1945, Alistair dice "Oír un ruido desagradable y ver una luz cegadora. Salí volando y choque contra los dos lados de la pared. Después supe que habían lanzado LA BOMBA"

Consecuencia de aquello, padeció cáncer de piel y artritis.

 Después de aquello pudo volver a su vida, la cual retomó como electricista.  Dicen que las productoras de cine quieren hacerse con los derechos del libro, pero que él quiere garantías de que se traslade todo, tal  y como él lo vivió. Eso parece difícil.

Hoy tiene 92 años.

sábado, 25 de febrero de 2012

Hansel e Gretel

Por culpa do Twitter xa non posteo como antes, nin comento, nin...pero si que vos leo!

Como esta noite non durmo na casa dos meus pais, e a xente coa que vivo non sabe ler, tiven que buscar a alguén por internete que me lera un conto antes de deitarme. Non foi tarefa fácil, é houbo que facer un casting de carácter retroactivo, porque o conto era para esta noite do 24 ao 25 de febreiro, e foi gravado o pasado día 16...pero como é un conto todo é posible.

Esta é a versión orixinal en formato audiovisual dese grande clásico da literatura:



E non aplaudades, que hai que durmir!

viernes, 4 de noviembre de 2011

Megaofertas

Así si, isto si que son ofertas e non aqueles 17 eurazos pola "La Caída de los Gigantes".

Podemos aforrar 60 céntimos no arquivo de Alatriste!!! veña compañeiros!!! mercade un ebook!!! e tranquilos que a fnac vai sacar o seu propio modelo. Está claro que isto dos ebooks é igual que o da nintendo DS, o que queren é vender o aparello e, se alguén compra o xogo/libro, risas, aplausos e uns eurillos pra hucha.

Seguirei indignándome... iso si, indignareime en Vagos, Taringa e cia.

martes, 4 de octubre de 2011

Me indigna

¿Cómo tienen los santos cojones de cobrarnos 14 euros por un archivo de texto y luego quejarse de la piratería? Captura de la Fnac:



Es un puto archivo de texto! coño! que no les cuesta nada! NADA. Menos de un céntimo, seguro!

Pues bien, en 10 segundos encontré esto. No comment.

Como bien decía la Planta el otro día, citando a uno de los creadores de Steam (corrígeme planta si cito mal), algo así: la gente no compra juegos a 60 euros porque no ven que ese sea el valor del artículo. Crearon una plataforma donde consiguieron bajar el precio de los juegos... y se forraron.

¿Cuántas películas o discos de música comprarías por 4€?

Por cierto, viva la SGAE y el osito Tedy que la dirigía.

sábado, 16 de julio de 2011

Nunca leemos a Stephen King

Esta es una frase que he dicho yo en alguna que otra discusión. Y se la he dicho a quien se ha leído muchos libros del sr.King.
Yo, personalmente, siempre digo que soy un pésimo lector. En dos líneas ya sé si voy o no voy a leer un libro. Si no me captura en ese espacio, ya puedo proponermelo que no seré capaz bajo ningún concepto de leerme un libro....y con King, la verdad, es que me pasa eso. Me habré leído un par de libros suyos, recuerdo la niebla y algun otro.....pero no muchos, no.
No obstante, y como suele ser norma en mis post, nada tendrá que ver, éste, con la literatura de Stephen King.
Este post trata de que nunca, salvo raras excecepciones, habremos leído algo de King....o de Margaret Mitchell o de Mario Puzzo.... habremos leído las traducciones que nos han hecho de lo que ellos han escrito.
Recuerdo una de las veces que pronuncié esta frase, fue después de morir uno de los traductores más prolíficos de este país....una de las personas, dije yo, de la que más hemos leído.
El caso es, que sostengo yo, que no es lo mismo decir "A red house" que decir "Una casa roja" El escritor, supongo que en muchos casos, elige las palabras con sumo cuidado y mayor o menor destreza para que el lector llegue al punto que él desea.
Cierto es que está la contextualidad del texto. Con ella se trata de conseguir esas mismas sensaciones pero ¿son las mísmas? ¿De quien es esta decisión? del escritor, desde luego no.
Esto me ha llevado, en muchas ocasiones a preguntarme ¿Qué es un buen escritor? Es bueno Sallinger? ¿Cómo podemos saberlo? No leemos nada de él. ¿Es buena literatura El señor de los anillos? tendremos que remitirnos a las traducciones o al valor que puedan tener en su idioma original.


Pero esto no se queda aquí, desde luego que no.


En el mundo del cine nos encontramos, de primero con los doblajes. No cabe duda de que una parte fundamental de la actuación será la entonación y el acento del actor...cosa qeu se pierde en el doblaje. Pero es que sigue sin ser lo mismo decirlo en inglés que decirlo en castellano y, la razón por la que se me ocurrió hacer este post fue por ver El Sargento de Hierro. Pensé yo: ¿dirán más o menos lo mismo en inglés que en castellano? La respuesta obvia es no. Perdón: NO.


En inglés jamás podrían decir la mayoría de las cosas que se dicen en la traducción. No de esa manera. Era tal mi inquietud que hasta busqué en internet haber si había alguna historia sobre la traducción de esta película, en plan: a los traductores se les acababa el contrato y quisieron salirse del comportamiento establecido o las fiestas de la traducción son míticas. Pero no hay nada.


Ejemplos de la versión original y la versión traducida:





- ¡Esperate! Voy a hacer unos cuantos filetes de maricón.(v.traducida)

- Maybe first I carve me some faggot wings





-¿qué cojones pasa?

-What´s going on? ( es breve, pero me gusta por lo absolutamente gratuita que es)





- Largate

-Te corres de gusto cuando te metes con un marine

-Yo muerdo las pollas y las escupo

-Entonces lo mejor que te tumbes en esa mesa y te de por culo

-¿Qué has dicho?

-Asi podrás ir a casa con una sonrisa en la cara, presumiendo de que acabas de cepillarte a un tio cojonudo.





-Why don´t you stay out of this?

-you get off on rousting Marines?


-I chew jarheads and spit them out.

-you do? Why don´t just bend you over that table and nail you in th keister?

-What are you talking about?

-That´s what your persuasion is. You just said so. I´ll send you home with an "I jut pumped the neighbot´s cat" look on your face





- "A mi novia llevaba cada día en automovil y ella con la mano me tocaba los cojones"


- "Model A Ford and a tankful of gas, handful of pussy and mouthfull of ass"


Y estas me hacían especialmente gracia, en la primera media hora de la peli, pero os aseguro que hay bastantes más.
Este además, es un tipico caso en el que parece resultar mejor la traducción y el doblaje que el original. Algo uqe sucede a veces. ¿Ha oído alguien la voz original de Bogart? Pues mola más la que lo doblaba, mucho más.

sábado, 23 de enero de 2010

Biblioteca de Asalto: "El Nombre del Viento"

Benqueridos compañeiros, fai uns meses o WoW desapareceu da miña vida (tal vez para sempre, tal vez temporalmente) e descubrín un mundo cheo de... de... de tempo (ben é certo que o tempo é relativo e que dura máis ou menos dependendo do que fagas e do rápido que te movas, inda que iso non é de todo certo, porque se te moves moi rápido pasa máis despacio, pero se non te moves na cola do supermercado... pasa aínda mooito máis despacio...).


A cousa é que tiven tempo de novo para ler algún libro, algún maloso, outros entretidos, outros bos, pero non tiña motivación-gañas para comentalo aquí no Blog. Como penso que o cine é malo e perverso, que fai que a sociedade non avance, involucione sobre si mesma, e neste Blog sobran entradas de cine, vou contribuír cun novo comentario dun libro.



O libro elexido é "El nombre del Viento" de Patrick Rothfuss, escritor novel que sorprendeu con este título. Primeiro un warning: é o primeiro dunha triloxía, agora toca agardar que escriba os seguintes e non morra no camiño, e xa son varios libros que andamos agardando...


O libro é de Fantasía, un xénero que non lle gusta a todo o mundo, e como bo libro de fantasía, forma, como xa dixen, parte dunha triloxía chamada The Kingkiller Chronicle, inda sen traducir. E, para seguir cumprindo os requisitos mínimos dunha ficción de fantasía, este primeiro libro ten unha extensión de 830 páxinas.


Temos un tema moi manido, un xove prometedor, Kvothe, músico e mago, de gran intelixencia e habilidade, nun mundo onde a maxia, a relixión e os seres máxicos conviven coa humanidade, busca saciar a súa ansia de coñecementos e poder na Universidade. Alí fará amigos, namorarase e atopará ao seu primeiro archienemigo, outro estudante procedende de famila rica (Harry Potter? pois si, parece, pero é máis obscuro e para adultos... o que sempre prometen en Harry P). Pero a pesares de todo, o libro funciona, é de áxil lectura, inmersivo e danche gañas de seguir e seguir lendo.
Na contraportada:
“He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad
de Trebon. He pasado la noche Felurian y he despertado vivo y cuerdo. Me
expulsaron de la Universidad a una edad a la que a la mayoría todavía no los
dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a
hablar ni siquiera de día. He hablado con Dioses, he amado a mujeres y he
escrito canciones que hacen llorar a los bardos.

Me llamo Kvothe. Quizá hayas
oído hablar de mí.”
Agora toca agardar ao segundo libro da serie, en inglés The Wise Man´s Fears
"There are three things all wise men fear: the sea in
storm, a night with no moon, and the anger of a gentle man.
"
E ir cruzando os dedos para que se apuren coa seguinte entrega de Canción de Hielo y Fuego.

domingo, 18 de octubre de 2009

Un día con Lovecraft

Quizás fue el destino lo que me llevó a Providence. Providence no es demasiado famosa. No hay gran cosa que hacer en ella. Rhode Island es el estado más pequeño de los Estados Unidos. También es uno de los más pobres. Hay bastante marginalidad, aunque dentro de la burbuja universitaria en la que vivo apenas se percibe. Brown emplea en servicios directos e indirectos a una proporción sorprendente de toda la población de Providence. Todo el mundo que viene a este estado suele ser por motivos relacionados con Brown.

¿Alguien de vosotros había oído hablar de Providence alguna vez? Recuerdo que una vez hablé con el manubrio de Providence, y me dijo que Sonic Youth eran de allí. Pero nadie más. Para ser la capital de un estado, es bastante poco conocida. Y con razón. Como he dicho, salvo la universidad aquí no hay realmente nada. Es aburrido: tienes el centro comercial para dar una vuelta, los sábados en verano un festival que se llama Waterfire en el que encienden unas antorchas en los canales de la ciudades… y nada más. No hay una gran vida nocturna. No ves a gente por la calle (bueno, esto es una tónica estadounidense). Si estás en la “zona cero”, es decir, todas las calles que constituyen Brown, ahí sí que ves a gente, sobre todo estudiantes: gente paseando, haciendo deporte, tomando algo en un bar, trabajando en una cafetería, gente en bici, gente cenando… en fin, lo que damos por supuesto en una ciudad normal, y que aquí se convierte en algo excepcional.

Todo esto, que no es sino un adelanto de algunas reflexiones sobre la vida americana que haré en breve en el blog, viene, aunque no lo parezca, a cuento de algo. Yo sí conocía Providence. De hecho para mí estaba asociada con algo positivo, y no con el hastío o el aburrimiento imperante en esta ciudad. Providence fue la ciudad natal, y la ciudad donde vivió la mayor parte de su vida, uno de mis escritores favoritos. Para mi Providence no está asociada con Brown, sino con Lovecraft. Pero, es curioso, todavía no había visto nada relacionado con Lovecraft.

Para los que no hayan oído hablar de Lovecraft, fue un escritor de principios del siglo veinte, especializado en cuentos de ciencia ficción o, más adecuadamente, en relatos de horror cósmico. Su obra trata de los efectos que tiene en la psique humana el encuentro con entidades sobrenaturales, cósmicas y alienígenas, que son, básicamente, incomprensibles, e incluso difícilmente perceptibles en toda su complejidad, a la mente humana. Creador de los llamados “mitos de Cthulhu”, Lovecraft fue un escritor sin éxito alguno durante su vida. Su obra ha llegado hasta nosotros gracias al esfuerzo y la dedicación de muchos amigos escritores suyos con los que mantenía una gigantesca correspondencia. Murió pobre y sin ver más que un único libro suyo publicado, en una pobre edición que no tuvo éxito, para variar. Años más tarde todo el universo que había creado se popularizó en gran medida, siendo aumentado por algunos de sus amigos escritores (de gran prestigio algunos de ellos como August Derleth, Clark Ashton Smith, Robert Bloch o Robert E. Howard ). Hoy en día autores de reconocido talento con Stephen King o Neil Gaiman, no dudan en afirmar que es uno de los más grandes exponentes del terror clásico tal y como lo concebimos hoy en día.

De vuelta a Providence: como decía antes, está ciudad me aburre. No tengo muchas cosas que hacer. Me paso en casa bastante tiempo preparando las clases, corrigiendo cosas, o jugando al ordenador. Esto es producto de tres factores: que no hay grandes cosas con las que pasar el rato; que hay bastante trabajo que hacer (tampoco algo excesivo, no nos engañemos, que yo aquí no vengo a hacer meritos –hablaré de esto próximamente-); y que la gente del departamento (la gente con la que a fin y al cabo me puedo relacionar) son… en fin, olvidemos a la gente del departamento.
Dándome cuenta de que para estar encerrado en casa me quedaba en España (tampoco es que haya estado cual cangrejo ermitaño, no es eso), esta semana he tomado la sana determinación de empezar a hacer vida en la calle. A trabajar en lugares públicos, a comer un par de veces por semana fuera de casa, a hacer alguna escapada inesperada a algún sitio.

Aunque esta narración parezca ir dando bandazos como un borracho al volante, ¡don’t panic! Todo tiene un sentido. A mitad de semana ideé un plan para escapar del hastío de este lugar. Me pasaría el sábado recorriendo esta ciudad tras el rastro de Lovecraft. Un día puramente Lovecraftiano. Como dije al principio de este relato quizás fue el destino lo que me llevó a este lugar. Suele ocurrirme: me acabo hallando en lugares que están relacionados con mi vida de alguna manera u otra. Como cuando solicité una beca de auxiliar de conversación en el Reino Unido (que tuve que rechazar por venirme aquí) y me ofrecieron Kent. ¿Qué ciudad hay en Kent? Canterbury. ¿De qué trata mi tesis? De los cuentos de Canterbury. Es inútil resistirse. La vida tiene estos guiños.

De forma que me dispuse a pasar el día persiguiendo la huella de Lovecraft en esta ciudad. A mitad de semana intenté reclutar a un par de compañeros del departamento que habían manifestado su interés en este escritor, pero ni siquiera recibí contestación por correo. Así aprenderé. Imprimí un par de planos, unos cuantos mapas, un puñado de direcciones, y me dispuse a seguir el rastro del maestro.

Me levanté con todo preparado: mapas, direcciones, cámara, libreta, boli y un muñeco de Cthulhu vestido de Papa Noel obsequio de mi amigo Davit B&S. Las primeras paradas estaban, sorprendentemente, en la calle que tomo todos los días para ir al trabajar. Es más, eran edificios por delante de los cuales paso todos los días. Una sensación rara.



(Todas las citas están tomadas de http://www.hplovecraft.com/creation/sites/rhode.asp que fue, por cierto, el sitio web que usé principalmente para hacer mi recorrido)



Mi viaje comenzó en Prospect Street. Esta calle (a un triste minuto de mi casa) es la calle que recorro todos los días para ir al departamento y a las aulas. Lo primero que vi fue el número 140 de esta calle, al parecer el lugar donde Charles Dexter Ward, el protagonista de uno de los relatos más famosos de Lovecraft, nació. Se consideraba una casa embrujada en tiempos de Lovecraft.

A taxicab whilred him through Post Office Square with its glimpse of the river, the old Market House, and the head of the bay, and up the steep curved slope of Waterman Street to Prospect, where the vast gleaming dome and sunset-flushed Ionic columns of the Christian Science Church beckoned northward. Then eight squares past the fine old estates his childish eyes had known, and the quaint brick sidewalks so often trodden by his youthful feet. And at last the litte white overtaken farmhouse on the right, on the left the classic Adam porch and stately bayed facade of the great brick house where he was born. It was twilight, and Charles Dexter Ward had come home. ("El Caso Charles Dexter Ward")

No mucho más allá, otro lugar por el que he pasado todos los días desde mi llegada. El número 65 de Prospect Street es el lugar donde reside el protagonista de “El Que Acecha en la Oscuridad”. Esta también fue la casa donde Lovecraft pasó los últimos años de su vida. Es una casa pequeña y modesta.


Young Blake returned to Providence in the winter of 1934-5, taking the upper floor of a venerable dwelling in a grassy court off College Street—on the crest of the great eastward hill near the Brown University campus and behind the marble John Hay Library. It was a cozy and fascinating place, in a little garden oasis of village-like antiquity where huge, friendly cats sunned themselves atop a convenient shed. The square Georgian house had a monitor roof, classic doorway with fan carving, small-planed windows, and all the other earmarks of early Nineteenth Century workmanship. Inside were six-paneled doors, wide floor-boards, a curving colonial staircase, with Aram-period mantels, and a rear set of rooms three steps below the general level. Blake’s study, a large southwest chamber, overlooked the front garden on one side, while its west windows—before one of which he had his desk—faced off from the brow of the hill and commanded a splendid view of the lower town’s outspread roofs and of the mystical sunsets that flamed behind them... (“El que Acecha en la Oscuridad”)

Giro un par de calles y me encuentro con otra parada en mi camino. “Prospect Terrace”, al parecer uno de los lugares favoritos de Lovecraft en Providence. Este parque se menciona en “El Caso de Charles Dexter Ward”, y tenía fama de estar encantado en su tiempo.


The nurse used to stop and sit on the benches of Prospect Terrace to chat with policemen; and one of the child’s first memories was of the great westward sea of hazy roofs and domes and steeples and far hills which he saw one winter afternoon from that great railed embankment, all violet and mystic against a fevered, apocalyptic sunset of reds and golds and purples and curious greens. ("El Caso Charles Dexter Ward")

La cosa iba bien: apenas había caminado y ya había visto varios sitios relacionados con el autor. ¿Pero es Lovecraft un autor reconocido en Providence? La respuesta llegó en la propia Prospect, unos cuantos metros más abajo, al lado de la biblioteca John Hay. Una placa en el césped recuerda la figura de Lovecraft. Escaso tributo a mi juicio, aunque peor sería que no hubiese nada.


No me alejé mucho de Prospect, porque tan solo unos metros más allá me encontré con dos nuevos lugares de interés, el uno al lado del otro, en edificios casi contiguos. El primero es el “Providence Art Club”, en el 11 de Thomas Street, donde la familia de Lovecraft había expuesto en su día algunos cuadros. Justo al lado, en el número 7, Lovecraft estableció la residencia de Henry Anthony Wilcox, uno de los protagonistas del relato de “La Llamada de Cthulhu”.

My mother is a landscape painter of no little skill, whilst my eldest aunt is still more expert in this direction, having had canvases hung in exhibitions at the Providence Art Club... (Carta a Rheinhart Kleiner, 16 November 1916)

We went out to an exhibition of paintings at the Art Club, (the colonial house in hilly Thomas Street, in front of which I snap-shotted Mortonius last fall—I mean the fall of ’23)... (Carta a Frank Belknap Long, 1 May 1926)

His card bore the name of Henry Anthony Wilcox, and my uncle had recognised him as the youngest son of an excellent family slightly known to him, who had latterly been studying sculpture at the Rhode Island School of Design and living alone in the Fleur-de-Lys building near that institution. (“La Llamada de Cthulhu”)

En este último edificio, además, hay una curiosidad, que el propio Lovecraft describió en una de sus obras. Uno de los relieves de la pared es vagamente semejante a una figura de una criatura marina como la descrita en la prosa de Lovecraft (con un poco de imaginación)

The bas-relief was a rough rectangle less than an inch thick and about five by six inches in area... It seemed to be a sort of monster, or symbol representing a monster, of a form which only a diseased fancy could conceive. If I say that my somewhat extravagant imagination yielded simultaneous pictures of an octopus, a dragon, and a human caricature, I shall not be unfaithful to the spirit of the thing. A pulpy, tentacled head surmounted a grotesque and scaly body with rudimentary wings; but it was the general outline of the whole which made it most shockingly frightful. (“La Llamada de Cthulhu”)

Justo al lado de estos edificios me encontré con el 187 de Benefit Street (la calle paralela a Prospect). Es esta casa fue el entierro de el padre de Lovecraft, y posteriormente, el del propio Lovecraft.

When I reached here at seven-thirty p.m. Friday my aunt was in a painless semi-coma, and it is doubtful whether she recognised me. . . . The end was so peaceful and unconscious that I could not believe a change had occurred when the nurse declared it final. Services will be held tomorrow at the Knowles Funeral Chapel on the ancient hill not far from here—and close to where my aunt and Dr. Clark lived in and around 1910. (Carta a James F. Morton, 5 July 1932)

Siguiente parada justo al lado: el 144 de Benefit Street es la morada del protagonista de “La Casa Maldita”. Hoy en día es un “Bed and Breakfast”.

Dr. Whipple was a sane, conservative physician of the old school... He lived with one man-servant in a Georgian homestead with knocker and iron-railed steps, balanced eerily on a steep ascent of North Court Street beside the ancient brick court and colony house where his grandfather—a cousin of that celebrated privateersman, Capt. Whipple, who burnt His majesty’s schooner Gaspee in 1772—had voted in the legislature on May 4, 1776, for the independence of the Rhode-Island Colony. (“La Casa Maldita”)

Al lado, en el 135, la citada “Casa Maldita”.

The house was—and for that matter still is—of a kind to attract the attention of the curious. Originally a farm or semi-farm building, it followed the average New England colonial lines of the middle eighteenth century—the prosperous peaked-roof sort, with two stories and dormerless attic, and with the Georgian doorway and interior panelling dictated by the progress of taste at that time. It faced south, with one gable and buried to the lower windows in the eastward rising hill, and the other exposed to the foundations toward the street. Its constuction, over a century and a half ago, had followed the grading and streightening of the road in that especial vicinity; for Benefit Street—at first called Back Street—was laid out as a lane winding amongst the graveyards of the first settlers, and straightened only when the removal of the bodies to the North Burial Ground made it decently possible to cut through the old family plots. (“La Casa Maldita”)

Decidí que ya era un buen momento para hacer una parada necesaria: que mejor día que hoy para comprar libros de Lovecraft en inglés. De forma que me metí en la librería de Brown, y me compré tres antologías de cuentos en los que prácticamente están todos los relatos de los mitos que ha escrito. Cuando iba a pagar, el cajero me comentó que si sabía que era de Providence. Le dije que si, y que estaba dedicándole el día a seguir sus pasos por Brown. Yo pensaba que me diría “¡qué bien! Es un plan genial, que pena que no se me haya ocurrido antes, iría contigo pero tengo trabajo”, pero simplemente me dijo, “interesante, nunca he leído nada de él, la verdad”. Maldito.


Todas las demás paradas en el camino quedaban muy lejos, y yo sin coche, como no, de forma que tenía reponer fuerzas. Me metí en un bar de Thayer (la calle con vida del campus, tiene la misma vida que la calle con menos vida de Santiago. Eso aquí es mucho) y me metí un Philly Cheese Steak entre pecho y espalda. Con la barriga llena y caliente, seguí mi camino. Lo agradecí, porque aquí ya ha llegado el frío. Iba con mi abrigo, dos camisetas, un jersey y mi sombrero (que bien suena decir eso) y tras caminar todo el día no tuve calor en absoluto en ningún momento; incluso en ciertos momento tuve algo de fresco.

Esta parada también me dio para reflexionar. Una de las pocas cosas que podría tener de interés Providence, y todo esto que estaba haciendo hoy me lo había currado yo buscando en internet. Ni placas, ni letreros, ni folletos, nada. Podían sacarle bastante más partido, y hacer un tour en condiciones. Dudo que la mayoría de la gente de Brown, por ejemplo, sepa quién es Lovecraft.

Me encaminé por Angell, otra de las calles principales del campus. La primera parada fue en el 276, donde vi uno de los edificios descritos en “La Casa Maldita”. Curiosamente, hoy en día es una residencia de ancianos.

William Harris, at last thoroughly convinced of the radically unhealthy nature of his abode, now took steps toward quitting it and closing it forever. Securing temporary quarters for himself and his wife at the newly opened Golden Ball Inn, he arranged for the building of a new and finer house in Westminster Street, in the growing part of the town across the Great Bridge. There, in 1785, his son Dutee was born; and there the family dwelt till the encroachments of commerce drove them back across the river and over the hill to Angell Street, in the newer East Side residence district, where the late Archer Harris built his sumptuous but hideous French-roofed mansion in 1876. (“La Casa Maldita”)

La siguiente parada era una de las que más esperaba. ¡La casa natal de Lovecraft! Busqué el 454 de Angell street, pero, como luego leí en la reseña de Internet, la casa había sido derribada hace tiempo. En su lugar hay un edificio corriente y moliente. Pero, una vez más, el destino me echo los trastos a la cara. Cuál sería mi sorpresa al ver la acera de enfrente y reconocer un edificio familiar. En el otro lado de la calle se situaba la oficina del Bank of America donde abrí mi cuenta al llegar a Estados Unidos. Tan solo a unos metros de distancia de donde Lovecraft había nacido. Esta calle (a esta altura) está ya lejos del campus, de forma que es una coincidencia bastante sorprendente. Pero como ya dije, estas cosas me pasan a menudo. Como dice Terry Pratchett, las posibilidades de una entre un millón ocurren una de cada nueve veces.

I was born on the 20th of August, 1890, at No. 454 (then numbered 194) Angell Street, in the city of Providence. This was the home of my mother’s family; my parents’ actual residence at the time being in Dorchester, Mass....In the mid-seventies, my grandfather transferred all his interests to Providence (where his offices had always been) & erected one of the handsomest residences in the city—to me, the handsomest—my own beloved birthplace! This spacious house, raised on a high green terrace, looks down upon grounds which are almost a park, with winding walks, arbours, trees, & a delightful fountain. (Carta a Reinhardt Kleiner, 16 November 1916)

Un poco más adelante, en el 598, me encontré con la segunda casa de Lovecraft, a la que se tuvo que mudar cuando su economía familiar se derrumbó tras la muerte de su abuelo materno.

In 1904 the death of my beloved maternal grandfather broke up the home at 454 Angell St., and caused my mother and myself to take our present smaller quarters at No. 598 on the same thoroughfare. (Carta a Maurice Moe, 1 January 1915)

Ya lejos, bastante lejos del campus, me encontré con la escuela a la que había asistido Lovecraft de niño. No pude hacer muchas fotos, porque que un adulto con sombrero fotografíe una escuela primaria puede dar lugar a malentendidos y situaciones incomodas.

It was in 1898 that I first attempted to attend school....I entered the highest grade of primary school, but soon found the instruction quite useless, since I had picked up most of the material before. However, I do not regret the venture, since it was in dear old Slater Avenue (alas—to be abandoned next year!) that I made my only childhood friendship—that with Chester & Harold Munroe...In 1902 I again attempted school; & singularly enough, I went to the same old Slater Avenue edifice, which had now acquired a grammar department in addition to the primary grades. (Carta a Reinhardt Kleiner, 16 November 1916)

El siguiente punto que visité estaba lejos no, lejísimos. Se trataba del Butler Hospital, un hospital y psiquiátrico en el que murieron tanto el padre como la madre del autor. El primero murió loco a causa de la sífilis, y la segunda ingresó en el hospital tras un colapso nervioso, permaneciendo en el hospital hasta su muerte por culpa de complicaciones en una operación de vesícula biliar. Es un lugar precioso, amplio, con muchos edificios de ladrillo rojo. Las hojas de los arboles estaban rojas y medio caídas por el otoño, y la escena era extrañamente relajante. Recogí una hoja de arce roja de forma perfecta que encontré cerca del hospital.

Por fin, el destino final del camino. Había visto donde se había criado Lovecraft, sus lugares favoritos, los edificios de algunos de sus relatos, donde vivió, donde estudió, incluso donde fue su entierro. Era hora de ver su lugar de reposo final.

Llegué al cementerio de Swan Point tras una buena caminata. El cementerio es un lugar digno de ver, una visita recomendada para cualquiera que esté en Providence. Es enorme, con unas tumbas muy bonitas, un estanque, amplias calles, banderas que marcan las tumbas de soldados caídos en batalla, muchísimos árboles, árboles enormes, robles, secuoyas. Tenía las instrucciones para llegar a la tumba, si no la hubiera buscando inútilmente.


La tumba es muy modesta. La que había originalmente era más modesta todavía, una lapida común con sus padres. Un grupo de filántropos en 1977 decidieron comprar una lápida para Lovecraft. En la tumba reza la inscripción “I AM PROVIDENCE”, una frase de una de sus correspondencias personales con sus amigos.

La tumba tiene también su anécdota macabra: el 13 de Octubre de 1997 una persona o grupo de personas intentó, aparentemente, desenterrar el cadáver de Lovecraft. El cuerpo de Lovecraft no está justo debajo de su lápida, de forma que los saqueadores cavaron casi un metro, y se fueron sin causar más daños. El agujero se descubrió a la mañana siguiente, y la única evidencia que se encontró de los saqueadores fue una huella de pie.

Una vez allí, me quité el sombrero (una muestra de respeto) y contemplé su tumba. Tenía unos cuantos trastos encima: desde un bolígrafo, a una púa de guitarra, hasta una moneda de cinco céntimos de euro (¡?). Yo no quería contribuir a llenar la tumba de porquería, así que le dejé la hoja de arce rojo que encontré cerca de donde había muerto sus dos padres, que están enterrados a su lado. Leí un poco de una de sus obras (que llevaba cargando todo el día), y me fui a casa.

Por cosas del destino, yo, que siempre me pierdo, llegué a casa por el camino más recto. Sabía los nombres de las calles, pero no sabía dónde estaban. Pues bien, tomé dos desvíos. En ambos no pude consultar el nombre de la calle (aquí está todo señalizado como el culo). Y en ambos, tras una buena caminata ya asumiendo que me había perdido, resultó que había tomado la calle correcta que tenía que tomar desde el principio. Esto no sería raro de no ser porque, como he dicho, estaba realmente lejos de casa. Lo más gracioso fue cuando, en una de estas calles, mire a mi izquierda y me encontré con esto:

The late Prof. Upton of Brown, a friend of the family, gave me the freedom of the college obseratory, (Ladd Observatory) & I came & went there at will on my bicycle. Ladd Observatory tops a considerable eminence about a mile from the house. I used to walk up Doyle Avenue with my wheel, but when returning would have a glorious coast down it. (Carta a Reinhardt Kleiner, 16 November 1916)

Me sonaba mucho, y cuál sería mi sorpresa que el destino había puesto, una vez más, la guinda final a mi día lovecraftiano. Una última parada en la ruta: el observatorio Ladd, muy apreciado por Lovecraft, y delante del cual todos los años se celebra un servicio religioso conmemorando su figura. Tengo que enterarme cuando es este año.

Y este fue el final del día. Una forma agradable de romper con la monotonía de este lugar.

Y ya veremos que me depara el destino la semana que viene.


jueves, 2 de abril de 2009

Hannibal Lecter y Thomas Harris


Soy un mal lector, pésimo. Tal vez por eso he sido un estudiante mediocre, por no decir malo(prefiero achacarlo a este déficit y no a que sea tonto del culo).

Cuando cojo un libro es por un interés que se despierta en mi interior debido a diferentes razones. En el caso de la obra de Thomas Harris la cosa empezó, obviamente, por el placer, el gusto, el mágico magnetismo que desprende el personaje de Hannibal Lecter en el cine.

Thomas Harris es uno de esos personajes con aspecto "papanoelesco" que tiendes a imaginartelo en un estado de permanente felicidad. El caso es que este escritor fue antes periodista.Primero en México y luego en New York. Y en ambos se dedicaba a noticiar asesinatos, actos violentos varios y sucesos en general. Un día se le dio por escribir un libro. Domingo Negro.



DOMINGO NEGRO: Es una novela policíaca con tintes políticos y con personajes torturados(especialmente el protagonista: un loco veterano del vietnam). El libro es un ejercicio de entretenimiento bien elaborado. Se lee bien, es rápido, engancha y se olvida con facilidad.

Harris tuvo la suerte de cara desde el principio y este libro fue trasladado al cine en los años 70. Una película dirigida por el prestigioso John Frankenheimer y protagonizada por el injustamente olvidado Bruce Dern y el excelente, el siempre excelente Robert Shaw(el golpe, tiburón..) La película está al nivel del libro. Divertida, entretenida y ya está.



Luego llegó el Dragón Rojo. Harris dejaba atrás las tramas políticas y se centraba más en lo que realmente conocía. Mentes Criminales, retorcidos asesinos y una trama policíaca clásica. Es en esta obra donde se presenta el personaje que marcará la vida de Thomas Harris. Hannibal Lecter. Un psicópata caníbal encerrado en un hospital psiquiátrico y que con su genial percepción ayuda al detective protagonista a resolver el caso, muy al estilo de Sherlok Holmes. En el dragón rojo, Hannibal es un mero secundario que se presenta como el archienemigo de Will Graham, detective que lo metió entre rejas y que ahora reclama su ayuda. Lecter es mezquino, genial y soberbio a partes iguales. Es, como digo, un secundario que tiene una fuerza inusual. El dragón rojo nos cuenta una historia de un asesino, Dolarhyde, que con unos traumas muy a lo Psicosis se dedica a matar mientras trata de huir del dominio de una madre que hace tiempo que murió. Dolahyde trata de vivir una vida normal y para ello se introduce en las casas de los americanos medios, a costa de matarlos, violarlos.... Es un muy buen libro. Tiene un gran ritmo y los personajes están perfectamente definidos. Todos tienen un pasado que sólo se insinúa, pero que es suficiente para hacerlos creíbles.

Michael Mann la llevó al cine a principios de los ochenta. Era el Mann de Miami Vice y lo dejó claro en una cinta mediocre, ridícula y donde no sabe aprovechar el material del que dispone. Will Graham es interpretado por un joven "Grisom del CSI" Petersen. Lecter, un secundario sin apenas fuerza, representado como un loco demente fue para un gran actor, Brian Cox. Vista ahora resulta una curiosidad pero es bastante floja y pobre. Mann no me gusta demasiado, pero aún así le reconozco cierto talento. En esta película no aparece ese talento por ningún lado.



Luego llegó su obra. El silencio de los inocentes(retitulada-por razones obvias- como el silencio de los corderos) Todos conocemos la historia. Ahora Lecter está más presente, sigue siendo un secundario pero con más repercusión. El juego, que ya se había iniciado en el dragón rojo de "quid pro quo" con Will Graham, es ahora más relevante con la inocente Starling. Su inocencia a lo caperucita roja y la locura insaciable del "lobo" lecter produce un gran efecto. El loco de turno es un desquciado "Buffalo Bill". Un hombre que busca su identidad(nuevamente) y que para ello trata de convertirse en mujer haciéndose un traje con piel humana. Esto, como ya lo hemos visto, es algo que ya intentó un famoso "loco" como Ed Gein.

El motor del libro es el mismo que el dragón rojo. La estructura se repite, pero uno tiene la sensación de que está más pulido, más trabajado, más formado. La historia resulta ser más redonda y tiene más fuerza. La presencia de Starling parece ser la clave. Su contraste con la locura de lecter y la violencia de Buffalo Bill son lo que engancha al lector.

.......y llegó la obra maestra de Jonatham Demme. El silencio de los corderos es una de esas películas en la que no sólo todo es perfecto, sino que todos los que intervienen en ella hacen su mejor trabajo. Jodie Foster se consagró como una de las grandes, tanto es así que sin apenas trabajar sigue manteniendo un reconocimiento estelar. Anthony Hopkins, hasta entonces un buen actor inglés con problemas de alcohol y drogas, se convirtió en un mito que ha estirado su carrera hasta límites insospechados. Hopkins ya no volvió a actuar, Hopkins se limita a estar delante de pantalla y con eso, con su mirada, con su gestualización ya es suficiente para obtener una gran interpretación. Scott Glen, un secundario de lujo que se hace con el papel de Jack Crawford(el jefe , antes de Graham y ahora de Starling) y por el que Starling siente un amor casi paternal(se enamora de él porque en cierta medida le recuerda a su padre fallecido) y Jonatan Demme quien hizo seguidas Philadelphia(una buena película) y esta obra maestra y luego.... mediocridades absolutas. Si fuera un deportista diría que en esos dos años estaba dopado.



Pasaron los años y la gente le pedía a Harris una continuación de El silencio. Y llegó Hannibal. Ahora Lecter era el protagonista. Lecter se convierte en un genio demasiado perfecto. Sigue siendo una especie de Sherlok Holmes canibal. Vive en Florencia y aburrido busca volver a las emociones de USA... y para eso se pone en contacto con Starling, a la que siempre ha vigilado.A sus ganas de irse se le añade la sensación de que un cerco empieza a cerrarse a su alrededor, alguien está a punto de atraparlo, y Lecter, como buen depredador, tiene un poderos instinto. El malvado del cuento es ahora Mason Verger, una antiugua victima de Lecter. Un retorcido y deforme pedófiio que busca a Lecter para torturarlo y matarlo. En el libro se entrecuza la historia de Hannibal con la de un asesino que actúa en Italia "il monstruo". Un asesino que recrea sus escenas del crímen como conocidos cuadros. El inspector Pazzi lleva el caso y recibe la ayuda de lecter. Se produce a menor escala, y con diferente resultado, la fórmula empleada en los otros libros.... pero llega el momento en el que Starling y Lecter se vuelven a encontrar y a Harris se le escapa el tema un poco de las manos. Al margen del personaje de Paul krendell(que también sale en la pelicula y que sufre el mismo terrorifico destino, del que después hablaré) a Harris se le ocurren una serie de ideas peregrinas que dejando al margen lo enfermizas que son(un bien por Harris) resultan increibles(un buuu! para Harris). Hipnotismo? Desenterrar cadáveres? Una huida romantica?... No es un mal libro, lo disfruté y saboree por completo, pero en su tramo final, como digo concurren una concatenación de sinsentidos que hacen de menos a esta obra, que fue un gran BestSeller.


Acto seguido, Ridley Scott, que había vuelto a la cumbre del cine con Gladiator, coge esta novela y la traslada a cine. El primer chasco es el rechazo de Joddie Foster para retomar el personaje; aduce problemas con el guión y las escenas tremendamente violentas del mismo. En su lugar una elección acertada:Julian Moore. La bella pelirroja coge el personaje de Starling, quien ha cambiado y cumple a la perfección. Gary Oldman, muy caracterizado lo hace tan bien como siempre. Su personaje es un mosntruo aberrante que maquiavelicamente trama una vengana terrorifica que incluye cerdos antropófagos(lol). Ray Liotta como Paul Krendell. Un actor que a mi modo de ver, jamás ha sido capaz de escapar de aquel maravilloso papel en "Uno de los nuestros" Aquí hace de gilipollas integral y lo borda. Desde la primera escena en la que sale, hasta en la última se hace con un papel que parece a su medida. Y por supuesto, Hopkins. El es Lecter, sin más. No puede hacerlo mal. Ya es Lecter para siempre.


La primera vez que la vi me pareció una obra maestra sin paleativos. Mucha gente la odia. Han pasado los años y la he visto muchisimas más veces. Ahora, le veo los defectos y creo, que siendo una muy buena pelicula no es mejor que el silencio de los corderos. A mi modo de ver, tiene un 8/10. Siempre quedará en mi recuerdo la última escena de la película. La cena. Allí Lecter(alerta spoiler) le abre el cráneo a Krendell, le quita la bolsa que hay sobre el cerebro, le corta un cacho y se lo da de comer a la propia victima. Hoy día, uno puede ver esto a cualquier hora del día en una pelicula cualquiera, pero hace casi diez años cuando lo vi, con aquel realismo(está hecho con un robot, si con un robot impresionante) me produjo un ligero bajón de tensión que ahora recuerdo con gran emoción.



Después se planeó hacer una precuela de "El silecio de los corderos" que sería, por supuesto, "El Dragón Rojo". Mucho mejor película que la de Michael Mann. Brett Ratner dirige a Ed Norton como Will Graham, Hervey Keitell como Jack Crawford, Ralph Finnes mágnfico como Dolarhyde, Emma Watson, la guapisima Mary Lousi Parker, Phillipe Seymour Hoffman y por supuesto Hopkins, vamos, una pléyade de estrellas. La película tiene un problema grave: el silencio de los corderos ya fue hecha(y después de ella se hicieron muchas otras parecidas) y el Dragón Rojo no deja de ser más de lo mismo. A mi, personalmente me parece un peliculón brillante. Inmmejorable. Con una escena de arranque(cuando Graham pilla a Lecter) qeu pone los pelos de punta. Norton es un tío que cae bien y siempre cumple en pantalla. Lleva de maravilla el peso de la película. Lo peor quizás se Keitell que no está a la altura de Scott Glen en el papel de Crawford. Popularmente se la considera como una buena película. A mi, como digo, me parece un peliculón.



Y por último llego Hannibal Rising. Por primera vez el libro es escrito para hacer la película, a modo de encargo. Y se nota. He leído el libro.... bueno no lo he acabado. Es aquí donde viene la razón de porque no soy un buen lector. Cuando algo no mantiene mi atención absoluta, me aburro y dejo el libro. Por desgracia, esto me ha pasado con éste.


Un libro no puede ser una colección de relatos unidos por capítulos(a no ser que sea un libro de relatos, claro) Esto, en realidad, no es un libro.... es un guión. Las situaciones que se nos presentan saben a escenas y algo falta.Falta mágia, falta fluidez....falta todo lo que hace falta para enganchar en un libro. Lo he dejado por la mitad(pero lo retomaré porque no puedo hacerle esto a Hannibal). Aquí se nos presenta la creación del monstruo. Arranca con Lecter en su Lituania natal viviendo de pleno lo extertores de la II Guerra Mundial. Allí, un grupo de milicianos se quedan encerrados en un cabaña donde conviven con Hannibal y Mischa, su joven hermana. Algo pasa alli y causará un trauma insalvable a Hannibal. Años más tarde, viviendo en Paris con su tía tratara de aliviar sus temores de la manera que todos imaginamos.


La pelicula..... es una obra a mayor gloria de los fans de Lecter. Cualquiera que no sea fan, por favor abstengase de verla porque le parecerá una absoluta mediocridad. No obstante, a mi, me encantó la interpretación de un jovecisimmo Gaspar Uriel como Lecter. En los momentos que el director nos enseña al Hannibal que todos conocemos, el chico lo borda. No puedo evitar el erizamiento de mis pelos cuando veo la escena final del barco, vengándose de la muerte de su hermana Mischa.


Como secundarios una tan aburrida como guapa Li Gong en un papel tan estúpido en la película como en el libro, una tia de la que se medio enamora. Para los amantes de The Wire, encontraréis al gran McNulty haciendo del insipido Inspector Poppil y hay más caras conocidas, sobretodo por series: Faraday de Lost o el Lucius Vorenus de Rome.


En definitiva, la peor de todas las películas(salvo Manhunter de Michael Mann), sólo recomendable para fans.