lunes, 14 de julio de 2008

Issei Sagawa. Parte II: el sabor de la muerte.

Han pasado algunos años, ahora comienzan los 80 y el monstruo de Issei ha permanecido dormido. El primer contacto con su fantasía había salido mal y ya había tomado la determinación de que aquello no podía repetirse.
Fue en Paris donde se encuentra con una ninfa de piel blanca, con carnosas nalgas y preciosos senos. Durante algún tiempo pudo controlarse y trató de conquistarla a "la vieja usanza".
Pero Issei sabía en su interior que no había nada mejor para demostrar el amor hacia una mujer que comersela.
Renee Hartevelt, ese era su nombre. Una estudiante alemana que tuvo la mala fortuna de sentarse al lado de Issei en un aula. Durante días, Issei se quedaba fascinado contemplado sus lechosos brazos. En su mente era la mujer perfecta.
Le ofreció a Renné ser su profesora particular de alemán. Así entablaron amistad. A menudo frecuentaban los mismos locales; incluso comenzó a ir a casa de Issei a tomar el té. Cierto día la invitó a cenar.
Allí, en su casa, le pidió que leyera un poema de un escritor alemán. Después, habiendo Renné abandonado la habitación, Issei olió y lamió el sitio donde ella se había sentado y juró que se la comería para poderla poseer para siempre.
El plan de Issei tomó forma y a los pocos días repitió la invitación con la excusa de grabarla recitando el poema. Se sentaron en el suelo para tomar el té. Él le hecho whisky para hacerla más accesible. Esperó a que el licor hiciera efecto y le declaró su amor. Ella lo rechazó con un tópico doloroso "sólo quiero ser tu amiga". Issei quedó desconcertado, se bloqueó.
Renné cogió el poema y en una silla se sentó para recitarlo nuevamente. La grabó en video. Habiendo dicho las últimas palabras, Issei cogió un rifle y le disparó en el cuello. Ella cayó y la sangre comenzó a brotar contundentemente. La desvistió y por fin se da cuenta de que ella ya no podría negarse. Ahora era suya y lo sería para siempre.
Con un cuchillo cortó, no sin problemas, el pezón izquierdo y la naríz; todo esto lo contó en su libro "En la niebla", allí relata que cortó la cadera y se preguntó por donde debería morder primero. Sin duda, la parte más apetitosa parecían las nalgas, aunque las encontró difíciles de morder. Describió con detalle la apariencia de las grasas, los músculos y el sabor de estos. Cuando la grasa salió tenía la consistencia y apariencia del maíz amarillo, el olor no era malo. Siguió cortando para encontrar la carne más sabrosa... así sacó dos filetes que puso en su boca. Lo equiparó al sushi, eso sí, dijo que "nunca he comido nada más delicioso"
Con un cuchillo eléctrico comenzó a cortar a la pobre alemana en partes, sacando, para celebrar el momento, varios filetes más y mordisquearlos en aquel preciso instante. El resto lo fue guardando en el refrigerador.
Preparó una rápida comida humana frita con mostaza. Tomó fotografías del cadáver mutilado y tuvo relaciones sexuales con lo que quedaba de él.
Grabó una cinta de audio diciendo "Cuando yo la abrazo ella suspira y le digo que la amo". Cuando la cocinaba y se la comía ponía la grabación de Renné leyendo el poema. Su ropa interior la usaba como servilleta. Cocinando un seno se dió cuenta de que le parecía repulsiva su forma grasosa y encontró mucho más apetitoso los muslos; sin duda deliciosos.
Exhausto tomó lo que quedaba del cadáver y lo llevó a la cama y durmió con él. A la mañana siguiente tenía claro que debería deshacerse de la evidencia... pero encontró que el cuerpo no olía mal aún, así que continuó comiendo. El brazo se lo comió practicamente entero, y con gran placer. Recortó el ano y lo puso en su boca, pero su olor era muy fuerte y lo tuvo que escupir. Intentó freirlo pero eso no solucionó el problema del olor; dándose por vencido se lo devolvió al cadáver.
Tan sólo cuando las moscas comenzaron a pulular por los restos, Issei supo que había perdido a Renné. Todo había acabado. Con un hacha deshizo los restos en trozos más pequeños y los metió en una maleta. Mientras ejecuta tal acción se excita y con la mano amputada del cadáver se masturba. No puede desprenderse de algunas partes; se queda con trofeos como la lengua para posteriores fantasías. Sagawa escribió "Yo quiero su lenga, no puedo abrir su mandíbula; pero puedo alcanzarla entre sus dientes. Finalmente sale y la hago estallar en mi boca y me miro masticándola ante el espejo. Ahora voy a por los ojos"
Coge un taxi y lleva la maleta a un lago, pero no es capaz de tirarla porque le resulta muy pesada. Descubre a varios curiosos que le observan y se asusta. La tira de cualquier manera y huye precipitadamente. Una mano sale a flote y la sangre se hace patente. Llega la policia.
Issei vuelve a casa y comienza a deleitarse con los filetes que ha guardado en el refrigerador. Todo el tiempo que le queda de libertad lo pasará comiendo los restos de Renné.
Cuando llega la policía, les abre la puerta tranquilamente y les invita a ver su refrigerador. Sin mostrar resistencia alguna , se limita a señalar que tiene una enfermedad mental.
En el juicio, sus descripciones estremadamente detalladas fueron tan duras, que el propio Juez se declara totalmente incapaz de juzgar a este monstruo.
Issei fue condenado a un periodo indefinido de prisión en un asilo. Los tres psiquiatras que lo evalúan dicen que jamás podría curarse. Pero su padre, poderoso presidente de Kurita Water Industries de Tokio, hace un trato para que en 1984 fuera transferido a un psiquiatrico japonés. El fiscal pensó que se quedaría allí de por vida.... pero un par de años después sale en libertad y hasta hoy anda suelto deseando que el monstruo pida de comer.

Aqui un video de Sagawa en la actualidad

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En algún momento, no sabría precisar exactamente cuando, la fragil belleza e inocencia existente en este blog en sus inicios se rompió de la misma manera que estalla una pompa de jabón flotando en el aire. Meses después, este es el resultado. !!!Enhorabuena!!!

Paiaso de Asalto dijo...

Non vos recorda a "Sin City"?

Anónimo dijo...

Ja, si que lo recuerda.

Tiendo a olvidarme de el papelón de frodo en sin city. Es una peli que cuando pienso en ella me cuesta acordarme lo mucho que me sorprendió y moló. No sé la razón.

Anónimo dijo...

Vaya pedazo loco, aunque es un flojo por no poder comerse el ano.

sin city es un rollo