¡Qué pena!

Asistiendo al espectáculo del mundial de atletismo uno no puede dejar de pensar en las similitudes con el baloncesto. Hablo, en realidad, del deporte español. Hace unos años era un verdadero placer ver las carreras de medio-fondo y de fondo, con los atletas españoles dominando el 1.500, viendo como Alberto García sudaba al lado de Grebeselassie, o como los valientes del 3.000 obstáculos lo daban todo frente a la legión africana y nacionalizada que pulula por el mundo. También, más lejos en el tiempo estaban los Abel Antón en 5.000, 10.000 y después maratón y Martín Fiz. La marcha siempre daba satisfacciones y alguno más se solía aparecer, un Manolo Martinez, un Yago Lamela o una Gloria Alozie. Sin embargo, ese tiempo ya pasó. Pasó y ahora tenemos solamente la herencia(muy buena-Marta Dominguez disparando sus últimas balas-eso si, de oro) y Mayte Martinez saliendo de una grave lesión luchando como siempre. Pero ¿y después? nos queda el 1.500 femenino para soñar con algo y ...nada más. Los tiempos gloriosos, a nivel mundial, del atletismo español, pasaron. Pensábamos que iban a durar para siempre, pero no. Ahora lentamente volvemos al lugar que nos toca y es un lugar oscuro y húmedo donde se puede ver las medallas que recogen los alemanes, franceses, británicos(por citar algo comparable a nosotros) Pero la realidad es que ellos tienen mayor población, tiene mayor tradición y al final tienen lo que se merecen, nosotros también.
Es como digo, algo parecido a lo que nos pasará en el basket. Cuando estos chicos se vayan retirando nos irán quedando sus herencias y su impulso, pero eso no dura para siempre, llegará un momento en el que volvamos a ver un Eurobasket con los ojos del que quiere pasar de cuartos, con una selección plagada de Ferranes, Orengas, Antunez... Disfrutemos pues de lo que tenemos y cuando lo tenemos. COn lo que mola competir con los africanos en 5.000m, con lo que mola competir con los americanos en baloncesto...


Aparte tengo que citar a ese ser de otro planeta llamado Usain Bolt. En las olimpiadas nos dejó a todos con la boca abierta. Nunca he sido un fan de las pruebas de velocidad(¡¡¡¡los más rápidos del mundo!!!! dice la gentuza del deporte -bueno, los más rápidos en distancias cortas querrán decir)
Como digo, una exhibición como la que hizo en Pekín es algo para ver y recordar toda la vida. El tipo se saltó unos diez records del mundo de una tacada y con la sensación de que no iba al 100%. A veces las sensaciones no son más que eso, sensaciones. Pero esta vez eran verdad. Si se había saltado unos diez records del mundo de una tacada ahora se ha saltado otros diez. Si el record de Pekín parecía del siglo XXII, este parece de mediados del siglo XXII. Impresionante.