Y fue por la tarde cuando la planta nos quiso arrastrar malvadamente a unas tiendas extrañas. Estas estaban en los barrios más bajos de la ciudad. Maleantes y prostitutas pululaban con total naturalidad en la inmundicia de aquellas calles. En una de aquellas tiendas la planta tuvo a bien enfrentarse en una pelea - mono a cuchillo con un friki de dos metros por dos. La planta débil pero lista, fingió estar vencida para asestar una puñalada trapera que le dio la victoria. Su honor quedó en entredicho, pero la victoria fue suya.
Después, tras mucho insistir fuimos a comprar crema solar para que el manubrio no se tostara más aún y la planta no se pudriera(a mi me hubiera dado igual no echarme la maldita crema- un invento de las multinacionales-) y a comprar el desayuno. ¡¡¡juro por lo más sagrado!!! ¡¡¡juro por George Lucas que no volveré a ir de compras con tres mujeres!!!! ¿habrá posibilidad de encontrar gente más indecisa?
Después la cena. En un restaurante para el macho cabrio llamado Steak. Mujeres escasas de ropa y generosas de pulmones nos sirvieron gustosas amplias raciones patatas y ensalada acompañadas de hamburguesas de pollo. El sitio molaba, había bichos muertos colgados de la pared y a nuestro lado se sentó una pareja en la que ella parecía ser una exclava sexual.
... and the nigth comes. ¡¡Madre mía!! Dos horas para dejar todo preparado para el día siguiente. Mareando al personal, moviendo mochilas, abriendo mochilas, cerrando mochilas, moviendo bolsas, quitando cosas, poniendo otras... ¡¡¡y la tele apagada!!! La planta consiguió, lo que el manubrio definió como el colmo de los colmos "perder un imperdible" y lo hizo dos veces. No obstante, la generosidad y el compañerismo propio de los campeones, hizo que el manubrio y yo mismo le dejaramos y imperdible a la planta para que no llevara el dorsal entre los dientes.
Luego, cuando ya deberíamos estar viendo la tele, la planta hizo un interesante pase de modelos, demostrando una vez más su pseudocondición femenina, para decidirse entre una camiseta u otra... y llegó la hora de dormir. Pero no podimos. La medusa, cruel, no permitió el descanso de los atletas jugando al tetris durante tooooda la noche.
Las seis de la mañana fue la hora en la que la planta comenzó a comer, comió, comió,comió,comió. Sentada mirando a la pared, cual psicopata peligroso, comía y comía sin parar. Yo le acompañé, eso si, tirado en la cama como un Nerón cualquiera. El manubrio gaseoso dormía placentero en su cochiquera. El despertó una hora más tarde para desayunar y lo pagaría. Sus habituales gases se convirtieron en un SOLIDO PROBLEMA que buscaban un sitio por el que salir. La angustia fue creciendo segundo a segundo. Lo intentó antes de salir, pero la presión de la planta, quien ya pedía marchar desde hacía media hora, hicieron vanos los esfuerzos gloriosos del manubrio sentado en el trono. Con un beso me despedí de la medusa, no sabía si la volvería a ver.
Llegamos a la salida. Unos militares atabiados con ropas negras impactaban a nuestros ojos(la mayoría quedaría por detrás de nosotros). Todo aquel al que veiamos daba la impresión de que estaba mucho mejor preparado que nosotros. Después nos daríamos cuenta que la impresión visual importa nada. Los viejos, roñosos y blandengues pueden con todos.
El problema del manubrio asomaba y casí saludaba. Buscó un servicio pero la cola era mayor que la de nacho vidal(no me creo que haya hecho ese chiste, no es propio de mi) y no se movía. Las soluciones que salieron de la boca del manubrio las omitiré para evitar los vomitos del lector. Así le imploré que tratara de buscar un bar o en un aparcamiento cercano. Suerte tuvo al encontrar sitio o por lo menos eso nos dijo...
Aviones volando y dejando un rastro de color formando la bandera española fueron el previo al inicio de la carrera. La salida lenta y espectacular nos permitió ver a muchos elementos de los que ya os hemos hablado... el hombre-novia, el hombre que empujaba un carricoche...gente andando desde el principio. Más adelante yo vería a unos corriendo de espaldas, otros corriendo con la bandera del atlético de madrid, otro corriendo en chanclas. Mucha gente animando y una experiencia inolvidable.
De lo sucedido en carrera ya lo sabéis todo. Sangre, sudor y lágrimas. Nunca fue tan cierto. Luego el dolor, el dolor y la gloria al llegar. Allí una de las primeras cosas que vimos fue a un fulano en ambulancia, después sabríamos que había sufrido un ataque al corazón. Sin duda lo pudimos hacer un poco mejor la planta y yo, pero el dolor nos lo impidió... aún así el consuelo de llegar a donde muchos no lo hicieron parece ser más que suficiente. El record de esta prueba no fue la marca del ganador, no. Fue el número de ingresos en el hospital. De hecho la llegada parecía el campamento de MASH.
Por mi parte, espero repetir, si no es aquí que sea en otro sitio. Pero espero bajar de 4:30 ampliamente en la proxima, ese será el objetivo.
sábado, 3 de mayo de 2008
Maraton 2 y final
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1 comentario:
Aqui hay grandes verdades y cronicas certeras mezcladas con mentiras burdas. ¿Sereis capaces de distinguirlas? Como muestra, un botón: no perdí un imperdible, sino tres, y fue porque "alguien" me los robo, y luego me los devolvió porque "le di pena". Ja!
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