lunes, 26 de noviembre de 2012

The Walking Dead: el juego


No hace falta que presente The Walking Dead, serie de comics posteriormente llevados a la pequeña pantalla y que posee una legión de seguidores, incluidos muchos de los miembros de este blog. Mi experiencia personal de esta saga es parcial. No he visto ningún capítulo de la serie de televisión pero sí que me he leído prácticamente todos los comics de The Walking Dead (salvo los números más ultimísimos). Los comics son fantásticos. Podría parecer sorprendente que tratando de la ambientación y del tema más manido de la historia de la ciencia ficción reciente sea una saga de tanto éxito. Desde hace años buceamos literalmente en libros y películas sobre zombis y todas sus diferentes variaciones y enfoques. Pueden ser los clásicos zombis de Romero, tontos y lentos, símbolos de esa masa inconsciente y destructiva que es la sociedad moderna. O pueden adoptar la variante de infectados, rápidos e iracundos, símbolos de la violencia y el odio que habita en el corazón humano. Hay otras variantes, como la de la comedia de zombis (zombies party), los zombis que saben usar armas y flipan con los fuegos artificiales (la tierra de los muertos vivientes) o zombis que se enamoran (warm bodies), pero son más rarezas que cualquier otra cosa. ¿Por qué tienen tanto éxito todas las adaptaciones de The Walking Dead? La razón es sencilla: no son realmente obras sobre zombis. Sí, salen zombis. Sí, salen MUCHOS zombis. Pero en realidad son obras sobre los seres humanos. No es un drama de Shakespeare, no tiene la multitud de tramas de una novela de Ken Follet, no tienen la imaginación de una obra de Philip K. Dick o el virtuosismo en la palabra de Joyce. No hace falta que sea tan complejo: es tan sólo una colección de personajes sólidos como una piedra, creíbles, arquetipos de personalidades que todos reconocemos como muy humanas, que interactúan entre sí. Conocemos sus motivos, sus objetivos y sus miedos sin que nadie los explique. Se sitúan en un mundo conocido, reconocible, pero extraño a la vez por acción de un cataclismo y se nos hace la pregunta: ¿cómo mantener la humanidad en un mundo en el que sobrevivir requiere a veces dejarla a un lado? ¿Son más peligrosos los muertos que caminan o los humanos que se afanan por sobrevivir a ellos? En este sentido, los guionistas de los comics son más relojeros que escultores. Saben que teclas tocar, como hacer que todo funcione, colocan los engranajes en su lugar, engrasan el producto, tocan un péndulo... y todo se sostiene. No cincelan material original, ni memorable, ni inolvidable. En realidad no hace falta. Nadie desea más. Quizás por este motivo he preferido mantenerme alejado de la serie de televisión. Temo que esa visión tan específica y tan medida se diluya en su paso a otro medio. A esto contribuye también que, como varias personas me han comentado, hay bajones de ritmo decepcionantes y que en ocasiones hace falta un salto de fe para llegar a capítulos más redondos.

Vamos al motivo de este post. Ya os he mencionado con anterioridad tanto en algún comentario en el blog como por correo electrónico la existencia de un juego de PC, Xbox 360 y Playstation 3 que posee la licencia de The Walking Dead. Voy a intentar a continuación tratar de dar mis impresiones sobre esta obra y un veredicto sobre la misma. Esta opinión va a ser incompleta, puesto que tan sólo he jugado a dos de los cinco capítulos que componen el juego, pero al ser un juego episódico puedo analizar al menos dos de los segmentos autoconclusivos de la historia.


The Walking Dead ha sido desarrollado por Telltale Games este mismo año. Esta desarrolladora se especializa en juegos de aventura gráfica basados en licencias preexistentes. Así, ha desarrollado tres temporadas de las aventuras de Sam y Max, basadas en los personajes homónimos de Steve Purcell y que todo aficionado a las aventuras gráficas clásicas conoce. También ha llevado al PC la continuación de la saga de Regreso al futuro, en una transición sensacional del material original, con un respeto y una fidelidad a la historia y a los personajes que ha sido elogiada por crítica y público. Menos fortuna corrió la adaptación de la licencia de Jurassic Park, vapuleada en medios digitales y foros por igual. Una particularidad dentro del sistema de distribución y diseño de juegos de Telltale es que la gran mayoría de sus juegos son episódicos. Son un pequeño estudio y han adoptado una forma inteligente de financiarse, mejorando su producto al mismo tiempo. Cuando el juego sale a la venta el jugador está comprando un producto incompleto, tan sólo la primera parte o segmento del juego, adquiriendo al mismo tiempo la licencia para el resto de los siguientes cuatro episodios cuando salgan a la venta. De esta manera Telltale puede financiarse antes de completar su producto, al mismo tiempo que mejorar cosas en los demás “episodios” de su juego en base a la respuesta de la comunidad. Las historias de estos episodios están ligadas, pero son auto conclusivas de manera que, aunque el jugador tiene ganas de seguir jugando, el arco argumental de cada parte de la historia tiene un principio y final.

Lo que nos lleva a la licencia que tenemos entre manos. Recientemente, tan sólo hace unas semanas, fue lanzado el quinto y último episodio de la adaptación de The Walking Dead, de forma que por fin se puede juagar de principio a fin si así se desea como una obra completa. Cuando el juego fue anunciado hubo un fuerte escepticismo dentro de la comunidad y bastantes dudas. ¿Sería un gran ejemplo de aventura gráfica como la tercera temporada de Sam & Max, o quizás algo más genérico y con una importante reutilización de recursos gráficos como la primera temporada de la misma licencia? ¿Tendría un respeto por el material original tan exquisito como la primera temporada de regreso al futuro o sería un juego que no aprovecha el potencial de su licencia, combinado con un estilo de juego mediocre, como la adaptación de Jurassic Park? Empecemos situando este juego en relación con la continuidad oficial de la licencia. Si la serie es una adaptación de la historia del comic, separándose en ocasiones de su línea argumental y tomándose ciertas libertades de guión (perfectamente lícitas, por supuesto), el juego transcurre paralelamente al comic. Es el mismo universo, el sur de los Estados Unidos que de repente se ha visto infestado de muertos vivientes, pero la historia nos pone en el pellejo de un superviviente diferente. En ocasiones podemos ver alguna cara familiar, como Glenn o Hershel, pero la historia transcurre separada de los eventos del comic, con un grupo de supervivientes distintos. Un juego de zombis... ¿y no hay que pegar tiros? Sí, de vez en cuando hay que pegar alguno, pero el juego pertenece firmemente al género de la aventura gráfica, no al de la acción en primera o tercera persona. De hecho, está más cerca del género de la ficción interactiva que el de la aventura gráfica propiamente dicha. Hablemos un momento de la mecánica para poder discutir más adelante sin interrupciones la historia y las complejidades del juego.


Nos encontramos, antes de nada, ante un juego con una interactividad limitada. No es algo malo. Veamos, esto no es el Assassin’s Creed, en el que tenemos un personaje con veinte acciones diferentes y que controlamos hasta el milímetro. En ese juego la historia la hacemos nosotros: luchamos, corremos, saltamos, movemos la cámara, hay botones que hacen cosas y luego vemos una escena de video. The Walking Dead tiene espíritu de película: los planos casi siempre son fijos y si la cámara se mueve es en un travelling premeditado. Muchas veces no nos movemos, tan sólo interactuamos con el cursor en base a lo que sucede en pantalla (y suceden muchas cosas). No siempre es así: también podemos controlar directamente a nuestro personaje durante la mayor parte de la aventura, desplazándolo con los cursores. La interacción tiene lugar con el ratón o con los botones del mando. Los objetos con los que podemos interactuar harán que se resalte el cursor con el que controlamos las acciones. En las esquinas de este cursor aparecerá un icono según lo que queramos hacer. A veces se pondrán a prueba nuestros reflejos y tendremos que actuar con rapidez, en otras tendremos todo el tiempo del mundo. Describamos una escena imaginaria para evitar chafar cualquier sorpresa: un zombi nos ataca mientras estamos tirados en el suelo. El cursor aparece en pantalla, lo que es una señal de que debemos actuar. Si lo ponemos sobre el zombi, aparecerá un icono de una bota. Si pulsamos el botón correspondiente, le daremos una patada. Quizás una no baste y tengamos que hacerlo de nuevo. Quizás tengamos que retroceder en el suelo con las teclas de dirección, lo que hará que nuestro personaje se arrastre. Si no somos suficientemente rápidos, nos devorarán. Quizás tengamos que recoger un cuchillo del suelo poniendo el cursor sobre él, y luego usarlo sobre el zombi. En momento como estos el juego se convierte en una pequeña escena de una tensión insoportable, en la que sabes que debes actuar muy rápido, analizando los detalles en la pantalla muy deprisa. La perspectiva fija es premeditada y lo convierte en una escena cinematográfica, mientras la música sube y sube. En otras secciones del juego, este sistema es sustituido por una mecánica más clásica en su planteamiento de aventura gráfica: encuentra objetos y combínalos con otros objetos del mundo para solucionar un problema. Habla con personajes y que te cuenten cosas. Resuelve pequeños puzles. Esta parte del juego es mucho más ligera que en una aventura gráfica convencional. No hay inventario, tan sólo una lista de lo que posees. Si algo puede usarse con un objeto, el cursor adoptará la forma de ese objeto para indicarte la posibilidad de ser combinado con él. Todo en este juego está pensado para que el jugador se centre en la historia, no para que se distraiga de ella. El ocasional enigma o puzle sirve para marcar momentos de cierta relajación y calma entre los diferentes clímax de la historia. De hecho, el sistema de interacción más usado de largo durante el juego es el modo de elección de conversaciones, un sistema absolutamente brillante del que hablaremos a continuación.


Todo en el juego está al servicio de la historia, de forma que hablemos un poco de ella. El juego nos pone en la piel de un hombre negro llamado Lee, complejo en sus motivaciones y muy distinto del personaje de Rick en los comics. El primer capítulo comienza de una forma magistral. Un plano de una ciudad a lo lejos, y un coche de policía que se aleja de la misma, en dirección a la cárcel. Dentro el mismo, dos pasajeros: el oficial al volante y un hombre negro esposado en la parte trasera, el hombre al que encarnaremos a lo largo del juego. El conductor decide darle conversación a su pasajero, una charla entre alguien que ha visto de todo en sus años de policía y alguien que sabe que diga lo que diga no va a cambiar la triste situación que le espera: “todos los que van ahí nunca han hecho nada. ¿Cuál es tu historia, chico?”. Primera idea brillante del juego: en todos los grupos de supervivientes en las historias de zombis siempre hay alguien con un oscuro secreto, alguien que no es de fiar. En este juego ese alguien somos nosotros. En medio de esta conversación anodina un ser se cruza en la autopista con el coche y lo hace volcar por un terraplén. Despertamos en él, heridos, todavía con las esposas puestas, con un primer objetivo: huir. Naturalmente nada será tan fácil.

Quizás el aspecto más brillante del juego sea el sistema de conversación. A lo largo de la aventura tendremos muchas conversaciones, diálogos muy bien escritos y mejor interpretados. Tendremos la opción de elegir entre cuatro opciones, siendo el silencio una tan válida como cualquier otra. Existe un tiempo límite para responder en las interacciones que tengamos con otros personajes, de forma que en muchas ocasiones será necesario tomar decisiones muy rápidas sobre lo que decimos y lo que no, creando una estupenda tensión en todo momento. Nos acaban de preguntar de dónde venimos y que hacemos aquí. ¿Le decimos una mentira? ¿Reconocemos que somos prófugos? Hay que hacerlo rápido. Si le decimos una mentira: ¿qué le decimos? ¿Y si luego ese personaje lo menciona delante de otro al que le hemos dicho otra cosa? El juego siempre nos mantiene en un estado de toma de decisiones continuo.

Esta toma de decisiones es quizás el aspecto estrella del juego, puesto que algunas de las resoluciones que tomemos (casi siempre precipitadas, en las que tendremos que elegir entre lo horriblemente malo y lo increíblemente malo) nos seguirán a lo largo de los diferentes capítulos de la aventura. En ocasiones en nuestras manos estará la supervivencia de uno u otro personaje. Dependiendo del que contribuyamos a salvar, en los siguientes episodios contaremos con un superviviente o con otro diferente. Este tipo de decisiones fundamentales se producirá tan sólo una o dos veces por capítulo, mientras que el resto tendrán repercusiones más inmediatas o menores. Al final de cada capítulo se comparan las principales vías que has decidido seguir con las de la base de datos de Telltale, de forma que puedes comprobar si has sido convencional con respecto a las elecciones de la mayoría de otros jugadores o si por el contrario has recorrido el camino menos transitado. No todas las decisiones son tan drásticas como decidir la vida o la muerte de un personaje. En ocasiones tan sólo afectan a la moralidad de tus acciones. Si no hay comida para todos, ¿como la repartes? ¿Te quedas tú con algo? No sería justo no mencionar que este aspecto del juego adolece en ocasiones de un defecto muy propio del mundo de los videojuegos que es la temida ilusión de elección. En ocasiones se nos presentan alternativas que no son tales y que no voy a mencionar para no estropear la trama. Debo reconocer que, si bien esto suele enfurecerme como al que más, me he descubierto siendo inusualmente permisivo con este problema en este juego. Esto se debe a que se usa como un recurso al servicio de la historia y no en detrimento de ella. Es triste saber que algunas de tus elecciones no determinan realmente el curso de la historia y que esta sabe volver solita a la ruta que tenía de antemano, pero el juego lo hace de una forma bastante elegante y que no insulta al jugador. No es óptimo, pero no es catastrófico.


El punto fuerte del juego es, al igual que los comics, la interacción entre personajes. Está excepcionalmente bien escrito y todos los personajes son creíbles y sólidos. Es un placer hablar con ellos y explorar las diferentes opciones de conversación disponibles. El elemento de tensión principal lo constituye la relación entre tu personaje, Lee, el adulto acusado de asesinato y más que probable culpable del mismo, y Clementine, una niña pequeña sin nadie en el mundo y a la que Lee decide cuidar como una forma de redención personal. La relación entre ambos es absolutamente fenomenal y el juego no huye de preguntas incómodas. ¿Es normal que un hombre adulto cuide a una niña de la que no es familia? ¿Mientes al resto de supervivientes sobre quien es la niña por esa misma razón? ¿Cómo te portas con ella? ¿La escudas de lo que está pasando o le abres los ojos y le dejas caer que sus padres más que probablemente están muertos? La conexión emocional con estos dos personajes es tan fuerte que, sin entrar en territorio de spoilers, en una ocasión durante el primer capítulo sucedió algo que me hizo gritar en voz alta y me dejo un nudo en el estómago que me duró unos cuantos minutos. Ver cómo se desarrolla la relación entre ambos vale por si sólo el precio de admisión.

Es el estilo del juego emplea un estilo reminiscente de la técnica de la rotoscopia, personajes de colores de un mismo tono y con trazos gruesos en sus siluetas y líneas de expresión. Es muy parecido al que pudimos ver en juegos como The Last Express, sólo que evidentemente en gráficos poligonales. A pesar de este estilo más cartoon, no demasiado diferente al del comic, el juego no evita las situaciones violentas y sangrientas, bastante habituales y descarnadas en su presentación. Se ven muy personales e íntimas, cada una de ellas es única y desagradable.


Vayamos a las partes no tan buenas. Los capítulos no son demasiado largos. Es mejor concebirlos como una película larga que como un juego que te vaya a durar meses. Dos horas y media es una estimación razonable de la duración de cada capítulo, tiempo más que suficiente para contar una estupenda historia, pero poco para lo que nos tiene acostumbrado un juego moderno. El juego entero puede jugarse por tanto en menos de 15 horas. El sistema de salvar partida es horrible. La intención con el que fue diseñado parece clara, es decir, hacer que el jugador se despreocupe y que sus elecciones sean permanentes, pero puede dar lugar a situaciones desesperantes. El juego guarda automáticamente la partida (no hay otra manera) cada vez que se cambia de escena (a efectos internos del juego cada capítulo tiene siete escenas), o después de acontecimientos específicos si la escena es larga. Esto hace que si sales del juego a mitad de una escena tengas que jugarla desde el principio al volver. No suele suponer más que perder unos pocos minutos, pero molesta. Más preocupante es la existencia de un bug documentado que hace que no se reflejen tus decisiones de capítulos previos en capítulos posteriores. Si bien no le ocurre a todo el mundo, y ahora que ya están disponibles todos los episodios será mucho menos frecuente, lo cierto es que este bug ha hecho perder a muchos jugadores horas y horas de progreso. Otro defecto: está íntegramente en inglés. Las voces son de una calidad estupenda, de forma que no supone un problema, pero el juego tan sólo posee subtítulos en inglés y en ningún otro idioma.

Pero a pesar de esto he disfrutado de los dos primeros episodios inmensamente. Me han enamorado los personajes y se me ha puesto el corazón en un puño en muchas ocasiones ante las situaciones en las que se ven envueltos, cosa que sinceramente no recuerdo de ningún otro juego en la historia reciente o no tan reciente de mi vida de jugador de PC. El final del segundo capítulo me ha parecido una de las escenas más memorables que he visto en un videojuego, medido, calculado, serio, adulto, con un sentido exquisito del ritmo, de la escena y de la tensión casi inaudito en este medio. Es cierto que el listón de la narrativa y de los guiones en los videojuegos está bastante bajo, casi enterrado, y quizás por ello en comparación cualquier juego con una historia sólida y con unos personajes creíbles se ve más redondo y brillante de lo que a lo mejor llega a ser en realidad, pero he de admitir que desde que lo compré hace unos días no me saco a estos personajes de la cabeza, y ardo en deseos de continuar con los tres capítulos que me quedan para ver que les depara el destino. Tan sólo espero que al final no me partan el corazón.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Supermegatrailer de El hobbit: un viaje inesperado

 Bueno, por contraproducente que suene lo diré, no recomiendo ver el trailer. Joder son 8 minutazos. Aunque teniendo en cuenta que aquí de spoiler poco,   tal vez si que podemos echarle una ojeada....¿qué decís?


lunes, 19 de noviembre de 2012

Las verdades de Caneda


Voy a cortar y pegar porque creo que ni una coma debe salirse de su sitio. Es larga la entrevista pero interesante y graciosa. 

Esto no va a trascender, seguro, de hacerlo enseguida se apelaría a la personalidad presuntamente extravagante de Jose María Caneda, para tapar todo el polvo que airea. No deja títere con cabeza...ni él mismo. De verdad, aunque sea maldito fútbol, merece la pena leerlo.

 La fuente no es ni un periodico de renombre, ni  una agencia, ni hostias en vinagre es la web: www.compostimes.com    

La entrevista es muy larga y merece la pena toda ella. Aun así, en negrita encontraréis párrafos interesantes. LOL.


José María Caneda (Santiago de Compostela, España) foi o presidente da SD Compostela durante máis de 20 anos, incluíndo os mellores anos do equipo na década dos 90. Caracterizouse por ser unha das personaxes máis polémicas do fútbol da súa época deixando contínuos titulares na prensa deportiva. Quedamos con el hai un par de semanas no seu bar habitual, na zona de San Lázaro, para charlar durante unha horiña. Chegamos alí, saudamos, esperamos uns minutos a que acabara a súa partida de tute e falamos longo e tendido, pasando da hora prevista a tres. Agradecer a súa amabilidade atendendo a un medio como Compostimes.
Como era José María Caneda de novo?
Eu estudei Formación Profesional, electrónica e electricidade. Despois practiquei atletismo no equipo da universidade e logo no da Sociedade Deportiva Compostela. Daquela os mellores preparadores físicos de Europa eran alemáns e galegos. O Celta de Vigo foi durante moitísimos anos o mellor equipo de atletismo, gañaban todos os campionatos de España ata que cataláns e madrileños empezaron a levar ós nosos atletas.
Por que se acabaron os equipos de atletismo aquí?
Porque é rendible para quen o fai pero de cara á afección non é rendible. Para a miña estima tamén era rendible porque en vez de estar aquí xogando ás cartas pois ía correr e adestrar por aí. Unha vez ó mes ía e viña a Arzúa, eran 80 quilómetros.
Vostede era entón corredor de fondo?
Eu corría fondo e medio fondo, pero eu non era moi constante adestrando. Eu era bo cando adestraba, era o único atleta de Santiago capaz de correr fondo, medio fondo e incluso 4×400. Ademais era bo en obstáculos, dábanseme ben os 3.000 obstáculos. Fun atleta moitos anos e despois fixen ximnasio, judo… pero parei porque eu tiña 23 anos e o único soldo que entraba na casa era o do meu pai, así que me establecín e deixei o atletismo.
É certo que vostede foi boxeador?
Si, pero non me gustaba, dicíanme que era bo pero eu non o cría. Nos medios de fútbol teño fama de “trallero” pero nunca lle toquei a ninguén.
Empezou no Compostela sendo Delegado do Concello?
Non, eu era atleta do club, marchei para a “mili” no ano 64 e pertencín sempre ó club, como atleta e tamén nas distintas directivas. Polo 86 entrei con Manolo Carballal, pero colleu medo, e como eu dixen que ía ascender entón leváronme á asemblea, enganado, porque eu era o presidente dun equipo de modestos co que quedaramos sete veces campións, o Amio. Dixeron: “imos ver se traballamos a Caneda que este ten huevos para todo”. Eu ía ignorante. Dixen: “se hai outros tantos coma min empezamos” (risas). Sacamos ó equipo para diante con 11 millóns de pesetas en Terceira. Fixemos un campionato “de cojones” e dixen: “agora qué facemos?”. Manolo Carballal dimitiu, e ala, xa me “joderan”. Tiña unha débeda de 187 millóns e en tres anos liquideina. Sempre apostei forte, e segundo subía ó equipo vía que o podía facer. Cando estabamos xogando en Terceira dixen, “en tres anos estamos en Primeira”, e ascendemos a 2ªB. Estabamos aí en 2ªB primeiros e arrasando. Entón, díxome o alcalde Xerardo Estévez: “José María, non estarás falando de veras?” “Si, si, que este ano non vai mal!”.
E que che dixo?
Dixo:“se es capaz de subir o equipo, son capaz de facer o estadio”. Quedou o reto aí, “pero recorda que o equipo vai subir este ano”, dixen. “Vai facendo o proxecto porque este equipo vai para arriba xa”. Cando ía mediada a tempada e viu que íamos arriba díxome, “tes que vir poñer a primeira pedra”. Pensei que era un farol, pero foi o mellor alcalde que tivemos, en canto se lle metía algo na cabeza, el facía. Fixo Área Central e moitas cousas máis.
Gustáballe tanto o fútbol como para autoimpoñerse ese reto?
Teño que dicir que eu non son “forofo”. Eu métome aí como un reto, non lle quero ó fútbol. Por exemplo, cando botan o Madrid ou o Barça na tele, eu estou botando unha partida de tute ou vendo unha película na casa. Non vexo fútbol, abúrreme. Cando estou no palco en San Lázaro eu o que fago é mirar para a cachonda de ó lado (risas).
Pero ó final das tempadas sufría, tivo un par de lipotimias, non?
Foi que como tiña a columna mal, ó ter estrés inflamóuseme a columna e lesionoume a médula. Quedei como parapléxico. Quedoume o pescozo paralizado. A xente pensou que me dera un infarto pero foi un “pinzamento”. Produciumo o estrés.
Cando subimos… acórdome ben que antes do primeiro partido da promoción, que era ás 12 da mañá, en Madrid, estando eu con Bugallo, díxome Ruiz Mateos: “José María, 1.000 millones de pesetas. Pierdes 3-0 en Vallecas y en Santiago y subes para el año”. O Raio daquela era de Primeira e estaba xogando o playoff con nós. Tiñan a Hugo Sánchez e Urzaiz de dianteiros e nós con Moure e Ohen (risas)… os mellores dianteiros que tiñamos, e eran bos e! Os cartos tíñaos na limusina, con dous gardacostas e no maleteiro, en tacos. No maleteiro! Sabe “dios” que operación acabaría de facer! E quería presumir de que os tiña! E dime Bugallo: “si es otro traga, José María”. Eu díxenlle: “e se non estivera eu diante e chos ofrecen ti tamén tragabas” (risas). El contestou: “e ti tamén!”. Pero non. A min déranme 3 millóns de euros por vender a Changui e non cobrei nin un peso. Déronme outros 3 por vender a Ohen ó Besiktas turco cos cartos en Suíza e ningún directivo sabía o que me daban. E se quixera (roubar) deixábaos nunha conta alí. Nunca lle roubei un carto ó club, e agora que era meu podía facer o que me dera a gana. Eu nunca valín para roubar, pero esa xente si.
O partido que din que o Compostela comprou foi o 2-6 en Riazor que facía que o Compos xogara a promoción de descenso en vez de descender directamente. Hai algo de certo certo niso?
Non era así… (risas). Lendoiro intuía que había algo, pero non sabía que había. Lendoiro castigou ós seus xogadores porque fixeran unha tempada non moi regular. Tiña uns xogadorazos. Estaban Bebeto, Mauro Silva, etc. O tema foi que Lendoiro quería venderme o favor de que arranxaba o partido se facía falta, e eu díxenlle que non. O que non sabía el era que eu xa tiña tocado algo. Tiña a José Ramón, eles a Armando e Fran… e eu tamén tiña a Chiba, que era capitán da selección de Marrocos e compañeiro de Naybet. Eu non vou arranxar nada, vano arranxar estes tolos. Entón díxolle José Ramón a Fran: “cuanto queréis por echarnos una mano?” E dixo Naybet: “echamos una mano por el Compostela y por ti, no por dinero”. Porque Lendoiro estivera toda a semana dicindo que xa que non deran o callo, non ían ter vacacións, que xogarían a Intertoto. Como os xogadores querían marchar de vacacións foi Naybet e dixo: “La Intertoto la va a jugar tu puta madre” (risas).
E que ocorreu?
Para eles, a cuestión era perder por 0-1, 1-2, pero eu desconfiaba. Díxome Penev: “a ver presi, si ganamos cuánto nos da?” e Sion, “a ver, un millón por cada gol no?”. Contestei: “se gañamos, un millón por gol”. E preguntaron outra vez: “e se metemos máis de tres?”, eu díxenlles: “veña, se gañades douvos dous millóns por cada gol que metades”. Daquela tiña catro millóns de euros na caixa, era o único equipo que os tiña. Entón Sion, que gañaba 60 millóns pero gastaba todo repetiu, “¿entonces dos millones por cada gol?”. Colleron a Naybet e mailo outro central (Paco) e fixeron deles un fillo. Como comprei o partido? Pois pagándolle ós meus! Os outros empezáronlle a berrar ós xogadores. Pero cando quixeron reaccionar xa non había forma. No segundo tempo, baixei ós vestiarios e estábanme os xogadores esperando e dicindo “¡PRESI!” (risas).
O outro curioso caso é o do Celta…
Ó Celta, dos oito partidos, gañámoslle sete e empatamos un. Con Mostovoi, con Karpin e con todos. As peñas de aquí de Santiago empezaron a chamar de todo a Karpin, e entón dixo “ah si?” e “jodéronnos” o partido. Porque ás veces as peñas cren facerche un favor, pero cando lle empezas a chamar “fillo de puta” a alguén… xa te dispós a iso. Hai certas actitudes dentro dun campo de fútbol que, despois de tantos anos, non acabo de soportar. Antes, cando era novo, tiña ós meus irmáns xogando no Amio, e chegaban os de San Miguel ou de San Pedro a insultar, caíanlles un par de hostias e xa estaba (risas).
Chamei a Iñaki Sáez para que levara a Coira coa sub-20. Non valía para nada pero foi campión do mundo. E o Celta pagou 300 millóns por el!
A venda de Changui ó Deportivo, como foi? Son certas as declaracións de David Vidal ó respecto?
Non, iso foi con Pablo Coira. Eu dicía que había que mandarlle balóns á banda porque tiña 18 anos e pensei en chamar ó seleccionador (Iñaki) Sáez, que estaba na sub-20 e son moi amigo del, para que me faga o favor, e xa que non pagaba a televisión o diñeiro que o leve ca selección. E foi campión do mundo sub-20. E non valía para nada, porque como Coira hai 60. 60 Coiras aquí! Pero claro, estaba no medio de todos os bos e non desentoaba. Entón, vai á selección, campión do mundo, e empézanse a pelexar Celta e Deportivo. Eu empezo a negociar co Dépor, e chega o Celta: ”Caneda, mañana cerramos el trato, 300 millóns de pesetas”.
Entón como foi o de Changui?
O rebumbio por Changui foi ó revés, o Celta quere a Changui pero o Dépor xa empezaba a quedarse sen Fran e sen ningún galego. Empezan a puxar, un contra o outro. Levaba Changui 16 goles en media tempada. Despois nin as cheiraba, xogou dez partidos máis e non meteu ningún gol. Dicíame Richard: “que pasa para que non marque? Porque é elegante no campo…” e dicía eu: “Non, é que o chaval nunca nestas se viu e claro, desde que se empezou a falar del está nerviosismo e pésalle o balón”. En realidade era malo! (risas).
Iso é segundo saibas manexar á prensa. Eu cando quería vender a un xogador usaba moito á prensa. Chamaba a Paco García Caridad, de Marca, e dicíalle: “oye Paco, necesito que des bombo a esto…”, e saía.
Xogastes entón para Changui algúns partidos?
Home, había unha orde de que estabamos a punto de vendelo e había que meterlle balóns. En condicións iguais tiña que metelas Changui.
Incluso se comentou que o Compostela lle enviou un vídeo ó Deportivo cos goles.
Un non, varios! (Risas) Changui era elegante no campo, non era mal futbolista, inda que o dixen antes. O problema e que eu tiven tantos mellores ca el… incluso aquí nos modestos. Tiña eu un amigo na Coruña que estaba todo o día con Lendoiro e dicíalle: “Cagüen la hostia, estuve viendo ayer a Changui entrenar, ¡Qué jugadorazo!”. Despois chegaba onda min o fulano: “¡Que, Jose María!” e eu: “Cala, toma” (facendo o xesto de darlle cartos).
E a fichaxe de Christensen?
Cando fun fichar a Christensen, usei á miña filla, que sabe un alemán perfecto. Christensen quería marchar do Schalke 04. Tiña un amigo en Holanda que o coñecía e díxenlle que o chamara para dicirlle que queríamos fichalo. Pedíannos 200 millóns. Eu daba 40 millóns como máximo. Entón, o Schalke díxonos que foramos alí. Fomos alí e díxenlle ó mozo da miña filla, que era alemán: “Cando eu che faga unha sinal, vaite ó baño”, porque eu presenteino como que era o noso intérprete de alemán a español e antes dixéralle á miña filla: “ti escoita só cando el vaia ó baño”. E claro, escoitou cousas como que aceptarían calquera cifra que non o querían. Agora xa sabía como negociar. Seguimos negociando, e ó final por 40 millóns. E claro, esas habilidades telas ou non as tes.
Iso é innato.
Si, si. Tamén, cando fun a Bilbao a firmar a Lekumberri eu dixen que ía por Goyo. E díxome un directivo, “e non queres levar a Lekumberri?” E eu: “hombre, de relleno sí pero…”. “Vamos a ver, te llevas a Goyo y a Lekumberri, te llevas a los dos y ya luego haremos algunas cosas y amistades”. Lekumberri foi un dos xogadores que máis rendemento nos deu. Formou parte da mellor liña media de España. Con Passi, Fabiano, Mauro e de suplentes o Tato Abadía e Llorente.
E foi subcampión de inverno unha tempada o Compos…
Con 43 puntos, pero despois firmei a Saula que era o líder da selección iugoslava e ó ruso Popov que foi a revelación do campionato español. E tiven mala sorte porque rompeu os ligamentos cruzados, e Saula, o talón de aquiles, Nacho e Fabiano os ligamentos cruzados. Ti sácaslle ó Madrid a Cristiano Ronaldo e dous máis… e aínda así con 69 puntos… Hoxe é moi fácil ir á Champions con 69 puntos. Aínda así agora non é unha liga tan competida coma antes polos dereitos de televisión. Se ti lle das 55.000 millóns ó Dépor coma ó Barcelona faino mellor, porque saben máis de fútbol. Lendoiro sabe máis de fútbol ca min. Igual que Horacio (Gómez). Os directivos de agora do Celta en cambio nada…
Como era a relación entre Horacio Gómez e Lendoiro?
Eu facía de “cortafuegos”. Tiña unha revista preciosa… Horacio e Lendoiro vestidos de romanos e eu de cardeal no medio. (risas)
Indo cara o tema dos xornalistas, como era a súa relación con eles nesa época?
Eu tiña moi boa relación con José María García. Un día, no Asador Donostiarra, quedara con De la Morena e demais xornalistas e díxome José María: “Tú dejas caer el tenedor y te bajas cuando puedas, ya verás”. Estaba todo cheo de micrófonos!
Cambiando de tema… queremos saber como foi a relación despois do que ocorreu con Gil.
A relación con Gil era moi boa antes de pelexarnos e foi mellor despois de pelexarnos. Eramos dous tíos viscerais, a única diferenza é que el andaba con seis gardacostas e eu sen ningún, mellor dito, eu levaba a Fidalgo que levou as hostias (risas).
Ós oito días funo visitar ó seu estadio a tomar café con el e a “joderlle” a Penev e mais a Pirri (risas).
Estaba a filla, que ten unha filla así… porque inda se fose alta coma os fillos… Pero é moi cariñosiña, a min quéreme moito. Teño moi boa relación cos Gil, moi boa.
E o de Penev como foi?
O de Penev foi espectacular. A Penev funo firmar cando tiña o cancro de testículo a Valencia. E el non lle dixo nin ó Valencia nin a min que estaba firmado polo Atlético de Madrid. E despois de estar esperando todo o santo día no hotel, estaba el ca muller, que foi Miss Europa, e díxome: “Presidente, le voy a contar algo. Tiene que perdonarme por liarlo. Yo ya tengo firmado por el Atlético de Madrid. Pero mire una cosa, le doy mi palabra que para el año yo firmo por el Compostela. Se lo juro por la Virgen del Pilar. Si me curo, firmo por el Compostela”. El preguntárame a min que porque o fichaba se tiña un cancro de testículo. E díxenlle eu: “Bueno, hombre, bueno. Yo tuve dos jugadores que tuvieron cáncer de testículo y se han curado”. E el claro, emocionouse porque lle dixen que aquí era normal curarse.
Curouse, e ese ano quedaron campións de Liga e de Copa. Chamei a Penev e díxome: “Presi, mi palabra es mi palabra, venga a hablar con Jesús Gil que yo ya se lo hablé”. Cheguei xunto a Jesús Gil e díxome: “Amigo (8 días despois da pelexa según Caneda), acaba de meter 20 goles, un montón de asistencias, es el mejor jugador que tengo”. E díxenlle eu: “Sí, pero el a mí me lo prometió (Jesús Gil era moi supersticioso) por la Virgen del Pilar”. Entón foi cando dixo Gil: “Eso es sagrado. Tienes que hacerme un favor. Tienes que bajar abajo al estadio, que está Arrigo Sacchi con 18.000 personas, y nos damos un abrazo”. E efectivamente, baixei para abaixo é ó día seguinte no As e no Marca: “El Abrazo de Vergara”.
Eu quedei con Penev e con Pirri moi fácil. Ti sabes o que é terminar con 33 anos Penev e venderllo ó Celta por 3 millóns de euros? E Penev acababa contrato, só lle quedaba un ano máis!
E para o Compostela veu gratis?
Sí, veu gratis. Gil tiña a mentalidade de que se lle faltaba á palabra do búlgaro, cometía un pecado. Fixate como é a xente! E o búlgaro tiña medo. Eu tamén lle metín a mentira esa de que tivera dous xogadores que se curaran, en realidade nunca tiven ningún xogador con cancro! (risas).
Que tal foi Penev aquí?
Penev era moi malo de aturar, estaba aquí e facía desprezos porque os outros eran inferiores. Un día díxenlle: “Eres un capullo. Esta gente toda es muy humilde, tú que has jugado cuatro mundiales deberías de serlo más. Te van a apreciar por lo humilde que seas, no por lo fanfarrón que eres. Así que recíclate”. El dixo: “Presi, nadie me habló así nunca…”
E empezou a cambiar, a cambiar… e díxome un día: “Es que mis compañeros no me tragan” E dixelle eu: “¿Tu quieres que tus compañeros empiecen a apreciarte? Te voy a nombrar capitán y vas a decir que vienes a pedirme una prima y te la voy a conceder, ¿vale? Todo el año”. E chegamos a dar unha prima de 400.000 pesetas por partido gañado.
Tiñamos o problema de que cando tes moito superávit, se non o gastas, ó final de ano tiñas que darllo a Facenda. Este é o gran problema e por iso o Real Madrid e o Barcelona estafan a Facenda e teñen todo en paraísos fiscais. Porque se ti gañas 8.000 millóns de pesetas, o 25% tes que darllo a Facenda. Entón eles levan os cartos para paraísos fiscais e dan perdas. Iso é o que non está vixiado polo goberno.
E o resto dos equipos…
Peor, eu ensineille a moitos como “escabullir” os cartos (risas).
Vostede tamén o fixo?
Porque non das chegado ó prezo. Por exemplo, Penev no Valencia gañaba 250 millóns e eu non lle podía dar máis de 130. E como podes chegar a dar 130 sen que che cause problemas? Faciamos un contrato cunha empresa que montabamos en Suíza e autoalquilabamos os servizos e os dereitos de venta. Como había un convenio especial cos estados europeos, con Suíza do 2%, en vez do 47% que houbo despois aquí. Eu, cun 2% de comisión que “papaba” esa conta. Mourinho gaña máis con tanto por cento dos xogadores que trae que co seu.
Jorge Mendes tenme pedido cartos ata para comer!
Vostede cita a Mourinho. Que ten que ver Jorge Mendes nestes negocios?
Jorge Mendes cando viña onde min non tiña nin para comer! Tenme pedido cartos para comer! Un día quedou sen gasolina no coche e tívenlle que dar cartos para que enchese e volver a Portugal. Ese home pasou moita fame pero tiña un amigo, emigrante en Inglaterra, que chegou a ser director dun hotel importante onde paraba Bobby Robson. Empezoulle a falar dos xogadores promesas e dun amigo que os levaba. Meteuse aí, a levar xogadores para Inglaterra, Alemaña e outros sitios. Meteu a Mourinho no sitio, Mourinho entráballe ó trapo. Para onde ía Mourinho, levaba 4 ou 5 xogadores con el. Eu por exemplo nunca tiven límite de mercado. Quería ver un medio, pois marchaba a Arxentina, Brasil, Alemania ou Italia.
Que poder tiña vostede no equipo?
Eu tiña todo o poder.
Fichaba vostede ou era o adestrador quen lle recomendaba?
Eu dicíalle ós adestradores: “Faiche falta un interior esquerdo. Rápido, bo manexo, que sexa polivalente e como non temos cartos, que poida cubrir o interior esquerdo, o centro ou a banda”. “Temos a Fulano e a Citrano. Este vale tanto e este outro, tanto. Que che parecen? Se coincidía comigo, coincidía. E se non, dicían: “Presidente, son un pouco distintos pero dáme o mesmo”.
Hai dous tipos de presidentes, os que entenden de fútbol e os que non. Eu entendía de fútbol. Son preparador físico dende o ano 1967, fun atleta e na parte da preparación física non me vai ensinar ningún adestrador a min. Eu iso dominábao.
Ademais estiven toda a vida nos modestos. Nos modestos aprendes moitísimo. A mellor escola que hai é o fútbol modesto. Onde vas atopar a xente que menos sabe de fútbol é nos campos de Primeira, porque a metade dos presidentes que chegan a Primeira só chegan porque teñen cartos. E vanos buscar porque teñen cartos para avalar e non teñen nin puta idea. Florentino ten que depender de alguén porque non ten nin puta idea. Aprenderá a base de levar hostiazos. Sen embargo eu, se a min non me gustaba o xogador, se eu non vía que valía…
Entón os adestradores solo facían a alineación.
Son alineadores a metade deles. Hai moitos adestradores que son moi listos e son moi bos estratexicamente, sen embargo á hora de fichar erran. Non sei se é por medo ou polo que sexa.
Eu convertiría a Festus Agu no mellor lateral do fútbol español
Aínda así un dos erros que máis se lle achaca a vostede é o de Festus Agu.
Festus Agu era amigo de Ohen. Festus Agu era o campión de África de 100 metros, tiña 10 segundos en 100 metros. Pero eu non quería a Festus Agu de dianteiro centro. Eu a Festus Agu queríao porque era rapidísimo e forte, queríao de lateral. Pero emperráronse en poñelo arriba. Eu de Festus Agu facía o mellor lateral do fútbol español. Pero a xente fala, claro.
Festus Agu medía 1,86, pero era tan forte e tan rápido. Pero claro, dianteiro centro…
Sen embargo aquí xogou de dianteiro, e na segunda alemá xogou de dianteiro e non o fixo mal.
Pero non era dianteiro.
Dos adestradores que tivo, cal foi o que máis lle gustou?
Os que tiven en Primeira non foron os mellores. O mellor, e que botei inxustamente, foi David Vidal.
Por que?
Porque houbo unha información que me deron e pensei que me estaba traizoando. E boteino. Pero era todo ó revés.
Nomeou antes a Ohen… un dos xogadores máis importantes da historia do Compostela?
Estaba na cidade deportiva do Real Madrid dando voltas e voltas. Vicente del Bosque era o adestrador do filial. Díxenlle: “Vicente, que hace el negro dos horas ahí tiqui-tiqui, despacito?. Lo único que estás haciendo es meterle un cansancio mental, físicamente lo estás contracturando y además mentalmente lo estás jodiendo”. É díxome: “¿También entiendes de esto? Pues mañana te lo mando para allá”. Eu pensei que era unha broma. Ó día seguinte mandouno e chegou aquí.
Cedido?
Non, non. En propiedade.
Máis adiante, cando levaba uns meses adestrando, “O Nécora” (Fernando Castro Santos) non o poñía, tíñalle fobia ós negros. E eu: “Que pasa? Mancha o negro? Ti cando vas cagar tamén manchas” (risas).
E un día, o ano que ascendemos, cheguei a Sta. Isabel e díxenlle: “Fernando, hoxe vou poñer eu o equipo. O negro e dez máis”. E gañamos 3-0.
Que opina de Vicente Del Bosque, vostede que o coñece?
Non vale para nada. Sempre está equivocado. A selección xoga soa. El xa non traballa o aspecto físico porque só fai as concentracións así que o seu traballo é aliñar. Non pode ser que un adestrador poña a Fernando Torres, que é un inútil, e non poña ao que foi o mellor dianteiro do ano pasado, Fernando Llorente. Iso é que non ten nin puta idea. O bo que ten Del Bosque é que é moi dócil para o presidente e lévase moi ben con todos os xogadores porque os xogadores saben que non manda nada, que quen manda son Casillas e Xavi.
Noutra cousa, como foi a fichaxe de Fabiano ó Celta?
O Celta tíñao alí tirado, no montón. E díxome Fidalgo: “Presi, hai que fichar a ese futbolista, que non lle fan nin puto caso!”. Dixen eu: “Quen é?”. “Fabiano”. Funo ver adestrar… dito e feito. Esa mesma semana firmeino e o Celta xogaba en Las Palmas. Foi titular porque tiñan moitas baixas e marcou dous goles. Acababa contrato e estaba cobrando 4 millóns ó ano. Eu ofrecinlle 12 e que se ascendiamos lle revisaba o contrato. Terminou gañando 60 millóns ó ano. Despois do partido de Las Palmas claro, queríano firmar e o xogador daba largas. Na comida das directivas antes do Celta-Compos preguntáronme: “Caneda, tes fichado a Fabiano?”. Eu respondinlles: “Si”. Colleron e marcharon no medio da comida. Eu collín ós meus e díxenlles: “Aquí non se levanta ninguén que a comida non vai quedar aí”. A verdade é que debía ter gardado as formas, niso Lendoiro é un as, eu perdíame pola boca…
Son famosas as negociacións de Lendoiro…
Eu teño estado con Lendoiro… e é que ten unha manía de carallo. Imos ó das tortillas, ó que fora xogador do Dépor, e claro, non empeza a cea antes das 12 e a cama non chegas antes das 8. E vai sen teléfono, móbil e nada. Ata as 7 da mañá. Empeza a destapar botellas de champaña e claro, á primeira o outro aguanta, pero logo está borracho como unha cuba. E despois a ver como fai negocio con el. Xa non é o primeiro intermediario que queda durmido (risas).
Tamén se fala das Xuntas do Compostela.
Eu estaba considerado o único presidente que daba pasado do punto 1 do día ó 20 sen que se deran de conta os accionistas. Empezaba a falar e era capaz de manter unha conversa durante 4 ou 5 horas sen mesturar as palabras… non perdín unha soa asemblea. A min tivéronme que botar por decreto. Iso quere dicir que a xente me quería, pero logo chegaba o Concello, mafioso, e dicía: “hai que botar a Caneda polos terreos ou porque nos estorba politicamente”. Os 10.000 que había no campo tiñan o 5% das accións. O resto estaban en min, no Concello e en Aquagest. Cando lle conviña ó Concello eu estaba en maioría, cando eran asuntos de cartos, estaba en minoría. Mira ,por exemplo, o presidente que está agora só vai perder cartos. O ano pasado puxo 350.000 euros, este ano 400.000 euros e como non ascenda déixao porque se fartará de por el cartos.
E de momento o Compostela non empezou moi ben…
E que eu facíalle un equipo de puta madre… pero pensaba que eu o quería enganar. Como pode pensar que eu o quería enganar? Eu cheguei onde tiña que chegar, e se eu busquei presidente foi porque quería deixar o club. Vou querer agora que fracase? Eu xa cheguei a primeira, non teño ningún obxectivo. Pero claro, din: “A mafia de Caneda hai que botala”. Mafia ningunha!
De feito esta semana (hai dúas agora mesmo) vostede propúxolle un adestrador.
Iso é mentira. A min preguntoume unha persoa do club que non vou desvelar que adestradores eran bos para o Compostela. Díxenlle eu: o mellor adestrador tédelo aquí ó ladiño. Suso Moure, o adestrador do Grixoa é o mellor que hai. Ou o ex do Deportivo, o que anda en Huelva…
Viqueira?
Emilio Viqueira, si. Quere vir para Santiago, aínda xogaba o ano pasado, é un tío curtido. Eu propúxenlle a un que fose ó Compostela comentarllo, pero non no meu nome, eh.
E vostede canto estima que puxo do seu patrimonio no Compostela?
Pois 110 millóns xa os tiña en accións. Máis de 250 millóns de pesetas daquela. Millón e medio de euros perdín eu co Compostela. Pero a xente pensa que roubaches. De feito unha vez que necesitaba cartos, o dono do Vega de Valcárcel, que é moi amigo meu… deixoume 50 millóns en B! Non fixemos papel ningún. E xa dixo: “Sé que no me los va a devolver, porque el fútbol sabemos como es, Caneda si, pero el fútbol sabemos como es…”.
Cando eu deixei o Compostela, díxome el: “Caneda, perdín os 50 millóns, a que si?”. Díxenlle que estivese tranquilo que non. Vendín unha leira por 55 millóns e pagueille o que lle debía. A min o Compostela só me deu desgustos. Outros gozaron del, pero a min só me deu desgustos.
Aínda así falamos da mellor etapa de Santiago no deporte.
A min gustaríame que coincidise con esta. Co Obradoiro e o Santiago Futsal.
Noutro tema, que opina dos árbitros? Hai algunha mafia ou algo raro?
Chegas a xunto a eles e dinche que non hai ningún corrupto nin nada pero en todas as profesións hai algún corrupto. Cando falas da compra-venta de partidos a xente pensa que é unha broma. Cando nos ascendemos aquí co Badajoz, o árbitro paraba no Vilas, na pensión Vilas, e díxome Moncho Vilas: “José María, mañá quen é o que vai ir pagarlle ao árbitro?”, e díxenlle que eu. E respondeume: “mira unha cousa, se son trescentas mil pesetas mételle millón e medio nun sobre antes do partido, que non o leve posto por fóra nin nada”- Eu por se as moscas levaba dous sobres, un con trescentas mil e outro con millón e medio. Metín os dous na chaqueta e se me chama a atención dígolle que me equivoquei, que eran os cartos para os xogadores, e se non, se traga, pois traga. E efectivamente cando sae para pitar, o árbitro, que acababa de divorciarse da muller e andaba coa querida na pensión do Vilas, chiscoume o ollo. E gañamos o partido, pero como gañamos o partido? As faltas todas que había na fronte da área grande, pitábaas todas en contra do Badajoz, non che vai pitar un penalti ó mellor, pero todas as cousas pequenas sempre as pita ó noso favor.
Á xente dislle iso e non o cree, e nin falta que fai, podo falar de moitas compras de partido.
Téñense demostrado casos ultimamente coma o Athletic-Levante.
Un día chamoume un equipo dos bos de España e tiven que intermediar entre eles e outro. Díxenlles que eu nada máis ía usar ao dianteiro centro e ao porteiro, e eles que fagan o que lle salga das “pelotas”. Eran cuarenta millóns, e dixen que xa se entenderían entre eles, o porteiro fixo que esvaraba e para dentro. E mira que o dianteiro non lle metía unha nin ao apóstolo! Queríanme dar a comisión a min pero non a quixen.
Podo falar de moitas compras de partidos. Cando chega o último partido o que ten cartos sálvase.
Cree que o fútbol está salpicado de amaños?
Cando chega o último partido o que ten cartos sálvase. Salvo casos raros.
Como exemplo o do ano pasado do Zaragoza.
O Zaragoza salvouse porque o presidente ten moitos cartos e vai con eles por atrás. Hai árbitros que tragan e outros que non.
Cre que hai dopaxe no fútbol?
Iso xa está máis controlado pero segue habendo.
Por exemplo, ti agora colles un xogador e ó médico da federación que vai e dislle: “vai xogar fulano e ten algo de gripe así que ímoslle dar unha vitamina porque anda mal”. Aí méteslle un “tróspido” con “Bisolbon cómplex” e Coca Cola e o fulano anda só.
E iso tamén serve para enmascarar outras cousas?
Iso hoxe en día está moi traballado. Os laboratorios andan traballando contrarreloxo para non seren detectados, e vai a haber drogas que aos cinco minutos de terminar o partido xa non se notan.
Cree que todo o deporte entón está amañado?
Se se drogou Armstrong, a quen lle fixo dano? El de saúde agora está ben, e tivo un cancro… Ó espectador que máis lle da?
Non cree entón que os amaños e o dopaxe a quen danan é ao espectador?
O espectador o que quere é ver xogar ben ao equipo e dálle igual se despois na caseta reventa o tipo.
Por exemplo, o Chelsea, que lle importa aos ingleses que o presidente sexa ruso mentres gañe títulos? A quen lle importa que Maradona se drogara mentres xogase ben? Agora, que da unha mala imaxe, si. Aínda así é peor que morra un ciclista por asfixia muscular ou por un infarto. As drogas o único que fan é dilatar as veas para que pase máis sangue.
Non cree logo que se trata de ignorante ó espectador que ve o deporte como algo limpo e para desfrutar?
Si, pero aí teñen que chegar a un acordo porque nin tanto nin tan pouco. En moitos deportes se non “se mollan” un pouquiño non dan aguantado o esforzo que están facendo.
Iso lle pasa ós ciclistas, porque entón ó que teñen que ir é a etapas de 80 quilómetros e non de 200.
Si, pero aí teñen que chegar a un acordo porque nin tanto nin tan pouco. En moitos deportes se non “se mollan” un pouquiño non dan aguantado o esforzo que están facendo.
Iso lle pasa ós ciclistas, porque entón ó que teñen que ir é a etapas de 80 quilómetros e non de 200.